El ministro de la Producción, José Ignacio de Mendiguren, aseguró ayer que los supermercadistas se comprometieron a no incrementar los precios de forma injustificada y admitió, por otra parte, que se estudia la posibilidad de implementar precios máximos en sectores monopólicos.
"Los supermercadistas se comprometieron a no elevar los precios en forma injustificada más allá de lo que represente la nueva pauta cambiaria", relató De Mendiguren al término de una reunión en la quinta de Olivos, que mantuvieron el presidente Eduardo Duhalde y empresarios de la industria de la alimentación, supermercadistas y el comercio minorista.
De Mendiguren reveló que el presidente llamó a los empresarios a "la responsabilidad social y evitar una remarcación de precios".
En ese encuentro que nucleó a unos treinta empresarios participaron, entre otros, el titular de la Copal, Alberto Alvarez Gaiani; el presidente de la Cámara de Supermercados, Ovidio Bolo; y el máximo dirigente de la Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios mayoristas, Hugo Miguens.
Al término del encuentro, del que los empresarios se retiraron sin hacer declaraciones a la prensa y con rostros adustos, el ministro explicó a los periodistas que en la reunión "se hizo un análisis de cómo podían impactar las nuevas medidas económicas" y el gobierno hizo un llamado a "la responsabilidad para que no sean trasladados a los precios aquellas cosas que no justifiquen los mayores costos de la pauta cambiaria".
Al respecto, De Mendiguren explicó que "la mayoría de los rubros de incidencia directa que lleva a la alteración del tipo de cambio es un porcentaje muy bajo sobre el producto final".
Los supermercadistas "se comprometieron a no trasladar a los costos otra cosa que no tenga que ver con la incidencia directa de lo que fuera la alteración del tipo de cambio", agregó el ex titular de la Unión Industrial Argentina.
Preocupación e incertidumbre
Pero los empresarios mostraron preocupación por cómo podían quedar algunas empresas que estaban endeudadas, sobre todo las que tenían pasivos en dólares, y en ese sentido los supermercadistas señalaron que esta incertidumbre financiera implica aumento de costos, explicó el ministro.
De Mendiguren expresó su esperanza de que los empresarios "estarán a la altura de la situación" y recordó que el sector de los supermercados vivió hace dos semanas "circunstancias muy particulares".
Por otra parte, la mayoría de los minoristas acusan al sector distribuidor y a los industriales de cambio de condiciones en la venta, falta de entregas, o entregas sin precios previamente pactados.
En este contexto, De Mendiguren aseguró que mantendrá reuniones con los sectores de la comercialización y de la industria en aquellos sectores de primera necesidad como el azúcar.
El ministro confió en que cualquier situación se resuelva en forma privada sin intervención del Estado, pero advirtió que a los excesos que se produzcan "se va a aplicar la legislación vigente".
"Si se produce una fuerte distorsión como hace diez años se analizará caso por caso para determinar si hay que imponer precios máximos", señaló, para agregar que "no se puede tomar una norma de aplicación generalizada".
Otro aspecto preocupante de la incidencia de la devaluación en los precios es el de los sectores que escapan a la libre competencia.
De Mendiguren señaló que el equipo económico está trabajando para establecer por ley la posibilidad de aplicar precios máximos en caso de que se registren aumentos en sectores monopólicos u oligopólicos, y mencionó que los medicamentos podría aplicarse estos topes.
Desmintió, por otra parte, que las naftas o el gasoil puedan tener precios máximos, aunque señaló que el tema se está analizando en el equipo económico.
La Ciudad
