El presidente de Rosario Central, Víctor José Vesco, culminó su licencia el pasado viernes 28 de diciembre y según le confió ayer a Ovación el miércoles 2 de enero decidirá su futuro político, y aseveró que baraja dos opciones: "O extiendo el período de licencia o directamente presento la renuncia al cargo". Ante esta consideración del escribano Vesco, está claro que el titular centralista no visualiza ninguna posibilidad de retornar a la presidencia debido a que las diferencias con sus pares se profundizaron aún más en este lapso. El escribano optó por solicitar licencia cuando los integrantes del actual gobierno decidieron a través de un acta dejar sin efecto la presentación de las renuncias a los respectivos cargos y así desistir de la anunciada convocatoria a elecciones para mediados de diciembre. Las discrepancias que el legendario directivo mantenía, y aún conserva, con algunos de sus ex compañeros hicieron insostenible la vida institucional de Central en los últimos años, al extremo de desatar una feroz interna que estuvo incluso matizada con hechos de violencia. Si bien Vesco eligió quedarse al margen por un tiempo, la relación entre él y el resto de la comisión sigue tan tirante como entonces, situación que originó que muchos de los dirigentes denominados vesquistas se alejaran del escribano, quien a su vez le exigió a Juan Carlos Campagna la firma de un reconocimiento de deuda por los avales que presentó en nombre de Central, el que finalmente le fue entregado para que tenga una garantía de cobro. En este sentido, los máximos referentes de la conducción auriazul coincidieron en afirmar que "ahora existe un clima de cordialidad y se puede trabajar en tranquilidad". El gobierno canalla está dispuesto a terminar "con el costo económico que generan los compromisos políticos asumidos hace muchos años a través del otorgamiento de puestos con sueldos exhorbitantes, porque el problema no son los empleados que ganan menos de 700 pesos, sino todos aquellos que reciben mensualmente más de 2.000 pesos", confesó un dirigente. Es probable que el miércoles 2 de enero el escribano presente la renuncia, y si así ocurre, la comisión directiva ya no tendrá excusas para adoptar las medidas que pregonan.
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