-Si tuvieras los jugadores ideales, ¿cuál es el sistema de juego que preferís?
-Hoy en día la realidad del fútbol argentino marca una gran preocupación por defenderse porque los técnicos se están jugando el laburo, igual que los jugadores, cada semana. Entonces encuentran cierta seguridad con una buena defensa porque es más fácil cubrir espacios con cuatro jugadores en línea que con tres. Es más sencillo si se utilizan dos líneas de cuatro, pero más allá de los sistemas estoy convencido de que se pueden modificar fácilmente dependiendo de los jugadores que uno tiene. Un sistema muy versátil es el de 3 defensores y con jugadores de diferentes características en el medio. Con cuatro volantes...
-Hablás de polifuncionalidad.
-Sí, es fundamental. No creo que haya un sistema que gane por sí solo por más aceitado que esté. A los sistemas los hacen funcionar los jugadores.
-¿La selección es un ejemplo de eso?
-Sí, pero Bielsa tiene la posibilidad de elegir las sociedades y las combinaciones que puedan adaptarse.
-Porque ahí la prioridad es el sistema.
-En primera división, con 20 jugadores de excelente nivel, el sistema es prioritario. Porque uno ya sabe quiénes son los que tienen mayores posibilidades. Bielsa trabaja mucho sobre el sistema y recién cuando está consolidado es cuando él dice que se empiezan a ver las individualidades. Lleva un tiempo de trabajo y el privilegio de poder elegir los futbolistas para cada función: dos armadores, la versatilidad en dos extremos que puedan ser delanteros y volantes, la ductilidad de los que llegan a los referentes de punta y que después se transforman en recuperadores. Entonces se convierte en un equipo con tres líneas de tres que cubre muchísimo la cancha y que trabaja presionando con superioridad numérica. Eso en teoría está bárbaro, pero yo quisiera saber cuántos carrileros hay como (Javier) Zanetti y Christian González.
-Volvamos a los equipos de entrecasa, que es como acercarse mucho más a la realidad del fútbol argentino.
-Si contamos con jugadores que uno formó, los sistemas pueden ser muy versátiles. Lo que pasa es que una cosa es ejecutar con jugadores de 25 años y 150 partidos en primera y otra con jóvenes que aunque lo conozcan tienen muchísimas dificultades a la hora de llevarlo a cabo.
-¿El 6 a 1 de River se explica a partir de tu inexperiencia?
-Quizás, por mi falta de experiencia, hubiera sido recomendable poner una línea hiperdefensiva para tratar de controlar de otra manera. Fueron 10 minutos tremendos de descontrol que encima les tocó asumir a los chicos que estaban menos preparados. No fue responsabilidad de nadie más que mía.
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La Ciudad
