La segunda jornada de normalización parcial de la actividad bancaria trajo ayer más inconvenientes que soluciones a los clientes de las entidades en todo el país. En gran medida, el caos financiero se debió tanto a la desinformación generalizada como a la eclosión de sistemas informáticos. Pero también pesó la falta de liquidez. Ante esta panorama, el BCRA aclaró algunos puntos: está permitida la transferencias de plazos fijos entre distintas entidades, el problema es que no se puede realizar esa operatoria vía electrónica. Existieron, además, dudas sobre las transferencias en pesos y dólares. Está permitido esta operatoria entre las cuentas de sus depositantes (de pesos a dólares y viceversa) para atender órdenes de débito y crédito. En Rosario, las colas en los bancos fueron larguísimas pero la situación más crítica se vivió cuando cientos de jubilados coparon ayer la sucursal céntrica del Banco Piano para cobrar sus haberes. Bajo el sol inclemente que ayer hizo trepar la sensación térmica a 40º, hombres y mujeres esperaron por horas para ser atendidos. En todo momento la cola superó las dos cuadras. El agobio y la resignación imperaron por sobre la bronca, excepto en las oportunidades en que varias ambulancias debieron llegar al lugar para socorrer a aquellos ancianos que, agotados, no pudieron soportar el maltrato.
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