El portavoz adjunto del ministerio francés de Asuntos Exteriores, Bernard Valero, explicó ayer que su país "no renuncia a buscar la ejecución" efectiva de la condena perpetua que la justicia francesa le impuso al represor Alfredo Astiz, juzgado en rebeldía en 1990 por la desaparición de las monjas Alice Domon y Leonie Duquet. El funcionario francés consideró que la detención de Astiz "constituye una primera etapa importante" para Francia, y agregó que "el nuevo gobierno argentino se muestra así deseoso de responder a las esperanzas existentes en materia de cooperación judicial internacional". Además, en Italia, Alemania y Suecia el ex marino es un símbolo de la represión de la última dictadura militar y tiene sumarios pendientes por el secuestro y desaparición de algunos de sus ciudadanos. En Francia, la abogada de las familias Domon y Duquet, Sophie Thonon, expresó ayer su confianza en que Astiz pueda ser al fin extraditado y siga en prisión hasta que los países concernidos presenten sus demandas de extradición.
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