Año CXXXV
 Nº 49.342
Rosario,
jueves  27 de
diciembre de 2001
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El Pro Musica Antiqua y el Coro Estable de Rosario actúan hoy
Cristian Hernández Larguía: "Mi filosofía es seguir haciendo"
El director de las agrupaciones dijo que al arte no lo detienen las crisis

Marcelo Minichetti

El Conjunto Pro Musica Antiqua y el Coro Estable de Rosario presentan el espectáculo "Cantemos la Navidad", esta noche, a las 21.30 en las escalinatas del Parque de España, Sarmiento y el río con entrada libre y gratuita. El tradicional encuentro de los artistas con el público de Rosario es organizado por el Grupo Asegurador La Segunda y cuenta con el patrocinio de la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Rosario.
Hace más de treinta años una idea madurada en Rosario fructificó en Buenos Aires cuando el director del Conjunto Pro Música y el Coro Estable de Rosario, Cristián Hernández Larguía dirigió un concierto dedicado a las canciones de Navidad ante 20 mil porteños. Después los encuentros se comenzaron a realizar en Rosario en la explanada del Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino y los rosarinos consagraron esas reuniones de canto navideño como un clásico de los últimos días de diciembre de cada año. El sesgo distintivo de estos encuentros es que la noción de concierto fue dejando paso a la comunión artística y espiritual entre músicos y público que funden sus voces en la interpretación de los villancicos navideños más conocidos de las distintas expresiones culturales del mundo.
El veterano maestro dialogó con Escenario y se congratuló por la nueva edición de un encuentro que encontró su sitio ideal en las escalinatas del Centro Cultural Parque de España. "El espectáculo tiene un esquema tradicional que comenzó en la explanada del Museo de Bellas Artes Juan B. Castagnino y luego se trasladó a las escalinatas del Parque España que resultó un lugar espléndido", señaló el artista. "Se trata de una Navidad laica, sin pesebre", explicó.
El histrionismo del creador rosarino convierte cada encuentro de música y canto en verdaderas clases abiertas en las que el viejo maestro prepara al público para cantar junto al coro y la orquesta, con el extraordinario resultado de hacer aflorar sentimientos ocultos y provocar la participación de miles de voces.
"La idea la iniciamos con Pro Música hace muchísimos años, y cuando digo muchísimos años estoy hablando de más de 30 años en el Parque Centenario de Buenos Aires con un concierto en el que hubo unas 20 mil personas", recordó.
-¿Cómo se siente dirigiendo ante tanta gente?
-Me siento como un profesor que va a dar una clase.
-Usted suele exhibir su espíritu pedagógico en algunos conciertos.
-Claro. En este caso, especialmente, la característica del espectáculo es que no es un concierto con gente que actúa y otra que escucha, sino que se turnan. En un momento participan todos. Ahora se diría que es algo interactivo.
-Antes, eso mismo se traducía con la frase: "Canten una que sepamos todos".
-(Risa) Eso... La idea es que el público cante.
-¿Hay un mayor acercamiento de la gente a la denominada música clásica?
-Todos los medios de comunicación promueven lo que se ha dado en llamar música popular que no es popular, como el rock nacional, por ejemplo, que es un invento, es inexistente. Digo que es inexistente como rock nacional, no porque sea música inexistente, pero que le pongan otro nombre porque no es nacional. El rock es inglés, norteamericano. A un alemán, cuando canta rock, no se le ocurre decir que está haciendo rock alemán. Que uno lo cante en otro idioma no cambia el origen del rock.
-La ópera está sumando mucha gente a sus filas, ¿piensa que es un género que está regresando a la consideración popular?
-Sí, desde ya. En Rosario hay una colectividad italiana mayoritaria. Piense que el teatro El Círculo, que es espléndido, fue fundado en 1904 o cosa por el estilo y también estaba el teatro Colón, del que no me cansaré de lamentar su pérdida. Estaba en Corrientes y Urquiza y era más grande que El Círculo, particularmente en su escenario que era enorme. Era un teatro especialmente pensado para la ópera y El Círculo, tradicionalmente, se llamaba La Opera. Así que es natural que la ópera tenga mucho éxito en Rosario.
-Se advierte que le adjudica un papel importante a la comunicación ¿Cómo se siente tratado usted y el Conjunto Pro Música por los medios?
-En ese sentido me siento muy bien. Nosotros hemos sido reconocidos de todas formas, tanto el Conjunto Pro Música como el Coro Estable y personalmente me ha ocurrido lo mismo también en cuanto a reconocimientos y premios. Tenemos una buena cantidad de pergaminos, por llamarle de una forma.
-¿Y hay un correlato de apoyos ante esos pergaminos?
-Rosario ya sabemos cómo es...
-¿Es dura?
-Es dura. Hay muchos genoveses y catalanes...
-Una mezcla mortal.
-(Risas) Así es la cosa...
-¿A la luz de los últimos acontecimientos sociales cómo cree que será el año que viene para la música?
-Lo veo como para cualquier tipo de actividad. Evidentemente no existe ninguna actividad que sea una isla, salvo los que se dedican a juntar guita a quienes nunca les va a faltar nada. Pero todo cualquier otro tipo de actividad sufre las consecuencias. Nosotros tenemos una filosofía: seguir haciendo lo que creemos que tenemos que hacer.
-Esa es una manera de producir a pesar de todo.
-Claro y no somos los únicos por otra parte. Hay mucha gente que está en la misma tónica y que sigue haciendo pese a las circunstancias.
-¿En el aspecto formativo percibe que sigue existiendo el interés porque los chicos estudien música?
-Bueno, el Instituto Pro Música, lamentablemente también sufre las consecuencias por la situación del país y muy particularmente debido a la mentalidad de la gente. Entre que un chico estudie música o que vaya a tae kwon do, los padres prefieren esto o que vaya a computación, a estudiar inglés o que haga natación. Contrariamente a lo que sucede en otras partes del mundo.
-El artista sigue sin la valoración que merece.
-Exactamente. Creo que vale la pena aclarar que la función original del Pro Música no es formar artistas sino que los chicos tengan acceso a la música como juego, para que después, de grandes, tengan una formación que les permita gozar de la música. Esto en otros países es natural y acá perduró durante mucho tiempo la idea de tipo conservatorio, de formar virtuosos, cosa distinta a la idea que hay en Europa de formar gente que guste de la música. Nos han tocado casos como el de estar en Baviera y que el ministro de agricultura fuera a un concierto nuestro y después nos enteramos que había cantado en coros y que era pianista (risas). En Alemania hubo un canciller creo, que tenía un dúo de piano de muy alto nivel.
-Cosa que aún no sucedió en la Argentina.
-(Risas) No, claro que no. Sin ninguna duda.
-¿Qué le parece mejor, educar al público para que pague entradas a los espectáculos o contar con mecenas que lo financien y que el arte sea gratuito?
-Creo que el público debe pagar entrada para cualquier tipo de espectáculo y debe valorar al artista. Por supuesto que hablamos de una entrada lógica para cada tipo de situación, de acuerdo al lugar, pero que la gente sepa que eso significa un esfuerzo y que no es algo que viene de arriba. Acá tenemos muchos males que han venido muy particularmente durante el peronismo: la gente esperaba que todo le viniera de arriba, todo eran regalos y los políticos han jugado siempre con esa idea demagógica. Creo que que la gente debe entender que el arte es algo que cuesta igual que cualquier otra actividad y que debe significar un esfuerzo el acceso a esas actividades.
-¿Qué deseos se expresarán a través del concierto "Cantemos la Navidad"?
-Bueno, creo que la paz, desde ya. Este espectáculo se centra en el mensaje de paz, fundamentalmente del cristianismo. Más bien del mensaje de paz de Cristo, porque el cristianismo se ha desviado un poco de la paz y no hay que remontarse a las Cruzadas para encontrar ejemplos. Pero, esperamos que haya más paz.



El artista rosarino piensa que todos pueden cantar.
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