Año CXXXV
 Nº 49.341
Rosario,
miércoles  26 de
diciembre de 2001
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"El nombre de Dios jamás debe ser usado para justificar la violencia"
Para el Papa, el milenio está amenazado por nubes negras de guerra
En su mensaje Urbi et Orbi habló del conflicto en Tierra Santa y apeló a la justicia social y económica

El Papa Juan Pablo II, luciendo agotado, dijo ayer en su mensaje de Navidad que el Tercer Milenio está amenazado por "nubes oscuras" de guerra e instó a que los niños sean salvados de las crueles consecuencias que dejan los conflictos de los adultos.
En su mensaje Urbi et Orbi (a la ciudad y al mundo), el Papa dijo también que el nombre de Dios jamás debe ser usado para justificar la violencia y afirmó que lleva en su corazón la tragedia que sacude a la Tierra Santa y de aquellos que mueren de hambre.
Juan Pablo, celebrando la Navidad número 24 de su pontificado, deseó también al mundo Feliz Navidad en 60 idiomas, incluyendo árabe y hebreo, e instó al público a "abrir sus corazones al mensaje de paz".
Sentado en su trono en un balcón de la basílica de San Pedro y luciendo vestimenta blanca y dorada, Juan Pablo II no pudo ocultar los efectos del mal de Parkinson que lo aqueja.
El Papa de 81 años apenas pudo levantar la voz en algunos momentos para resaltar algún tema, particularmente sobre la guerra y la paz. Su mano izquierda temblaba mientras sostenía la cruz. Se puso de pie brevemente para enviar la bendición y luego se sentó de nuevo en su trono.

Violencia y guerra
"El amanecer de un nuevo milenio, que comenzó con tanta esperanza, se ve ahora amenazado por nubes negras de violencia y guerra", dijo hablando en italiano.
Las palabras del Papa claramente reflejaban su inquietud por el futuro tras los ataques del 11 de septiembre en Estados Unidos, al tiempo que nuevamente rechazó el concepto de una guerra santa.
"Quiera Dios que su sagrado nombre nunca sea utilizado como una justificación del odio. Que nunca sea usado como excusa para la intolerancia y la violencia. Que el sereno rostro del niño de Belén les recuerde a todos que todos nosotros tenemos un Padre", dijo.
Acercando su mensaje a una imagen del Niño Jesús, el Papa apeló a la justicia social y económica. "En él podemos reconocer el rostro de cada niño que nace, de cualquier raza o nación: El pequeño palestino o el pequeño israelí, el pequeño estadounidense y el pequeño afgano; el niño hutu y el niño tutsi", indicó.
"Mis pensamientos se dirigen a todos los niños del mundo: son tantos, tantos niños condenados desde que nacen a sufrir. Los efectos de conflictos crueles. Salvemos a los niños para salvar la esperanza de la humanidad", agregó.

Bendita sea la paz
La paz es un regalo pero también debe ser ganada, sostuvo el Papa, elogiando a quienes trabajaban por un mundo mejor pese a las condiciones adversas.
"Hombres y mujeres del Tercer Milenio -arengó-, ustedes que ansían la paz y la justicia, acepten el mensaje de Navidad que hoy se escucha en todo el mundo". Se debe implorar por la paz, pues Dios sólo es su fuente y garantía. La paz debe ser forjada en un mundo donde pueblos y naciones, acosadas con tantas y tan variadas dificultades, esperan por una nueva humanidad unida no sólo por intereses económicos, sino por el esfuerzo incesante que edificar una sociedad que sea más justa y sustentable".
El Papa hizo referencia especial al conflicto palestino-israelí, afirmando que llevaba en su corazón los trágicos problemas que estremecen la Tierra Santa.
Pero la esperanza de una paz en Tierra Santa parece alejarse después de que el asiento del presidente palestino Yasser Arafat permaneció vacío ayer en la misa de Belén, debido a que Israel le prohibió su tradicional peregrinaje al pueblo donde nació Jesús (ver aparte).
Durante la Misa del Gallo, el Papa había expresado su angustia por las guerras que azotan a varias partes del mundo y por las "tensiones sociales", sin citar específicamente ninguna situación geográfica o política.
"Las persistentes guerras en diversas regiones del mundo y la angustiosa pobreza que sufren tantas personas, preocupan y acongojan nuestros corazones en estas fiestas", había dicho el Pontífice, quien recordó que "todos buscamos una respuesta que nos de paz interior".
El Papa ofició la misa apenas pocas horas después que el Vaticano condenó como "arbitraria" la decisión israelí de prohibir que Arafat visitara a Belén y dijo que intentó convencer al Estado Judío de que modificara la medida. (Reuters)



Juan Pablo II dijo ayer su tradicional mensaje navideño.
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