Miguel Calvo asumió como presidente de la Sociedad Rural de Rosario en el medio de la peor crisis económica, política y social de los últimos tiempos. Frente a lo que se viene, aseguró que la entidad estará a disposición de los productores para representarlos gremialmente y asesorarlos en estos difíciles momentos. Además, reclamó la recreación de un consenso que asegure la gobernabilidad en torno de un programa que incluya la reducción del gasto político y el apoyo decidido a la producción.
-La renovación de autoridades en la Sociedad Rural de Rosario se produce en un momento de profundísima crisis. ¿Cambian los reclamos de la entidad?
-En esta conducción hay una continuidad de ideas y de pensamiento con la que encabezó Manuel Cabanellas. Lo que cambian son los tiempos. La realidad es que a los productores y a los ciudadanos comunes nos ha cambiado la vida. Tenemos que adaptarnos a los nuevos momentos, tratar de sobrevivir, y dentro de lo posible, programarnos para el futuro. En este contexto que es tan grave, la recomendación que le hacemos al productor es que traten de vender lo indispensable, porque tener el grano es como tener un seguro de cambio. Esto, sabiendo que en el medio de los compromisos, cuando se usa el trigo como forma de financiamiento, es difícil retenerlo. Sobre todo, cuando se nota en la ruptura de la cadena de pagos. Ahora estamos bregando por un tema que nos parece muy importante, que es el régimen de prefinanciación de exportaciones, que se hace con bancos del exterior. Es uno de los sistemas más atractivos para el productor a la hora de financiarse. En estos momentos el productor tiene un grave problema, porque los que tienen que pagar no lo puede hacer porque el banco no puede girar la divisa al exterior. Y los que lo quieren tomar de ahora en más no pueden. A los exportadores directos se les flexibilizó esta resolución pero pretendemos que se extienda a los exportadores indirectos, que son los productores. Por eso estamos trabajando con los bancos y las Bolsas de Rosario y Buenos Aires para que haya un movimiento para que se modifique la reglamentación del Banco Central que impide la cancelación y toma de prefinanciaciones para el sector productor.
-Ahora tendrán que pasar en limpio la maraña de medidas que salieron en los últimos días de Cavallo, con la derogación de los planes de competitividad.
-Lo que nosotros vemos es que se adoptaron un montón de parches en la conducción económica pero no se atacó el problema de fondo. Argentina como Estado tiene gastos excesivos. Más allá de la pelea sobre dolarización o devaluación, el tema pasa por atacar la estructura excesivamente costosa del Estado. Acá hay un problema, por un lado, de gobernabilidad. Hace falta un capitán en medio de la tormenta. Tenemos además un poder legislativo nacional, provincial y municipal, que está sobreexcedido. Hace falta una reducción de la cantidad de funcionarios y asesores. Históricamente, el sector productor siempre estuvo castigado. Se ha privilegiado en los últimos años al sector no productivo. No ha habido medidas que incentiven a la producción. Hay un consenso total sobre esto pero no se ve acción. Hay que poner un punto de inflexión.
-Por un lado está el reclamo a la clase política y de reducción del gasto público. Pero por otro, el consenso en torno de un proyecto económico. ¿Hay una posición común en el sector privado?
-Dentro del sector privado hay distintas visiones sobre cuáles pueden ser la soluciones y distintos caminos. Pero más que analizar hoy los distintos caminos hay que analizar los puntos en común. Hay un criterio generalizado de reducir el gasto público, y además están las propuestas. No tiene sentido una Cámara de Senadores con tres representantes por provincias. Y cada uno con un cuerpo de asesores. Esos hechos son los puntos para arrancar. Nosotros siempre criticamos el alto spread entre las tasas bancarias pero podemos trabajar en conjunto con el sistema financiero, porque tenemos un problema común. Ahora, la principal preocupación es salvar la sociedad en la que vivimos y superar la situación de caos social. Nuestro mensaje es que hace falta un apoyo decidido a la producción. Somos coincidentes del déficit cero pero creemos que la manera de llegar no es cortar gastos a sectores productivos sino al gasto político.
-¿Cuál es hoy la situación en el campo?
-La situación está muy complicada. No hay plata y sí hay deudas. Hay 14 millones de hectáreas hipotecadas, hay 6 mil millones de deudas con los bancos y 3 mil millones de dólares al sector comercial. Hoy el productor tiene compromisos y tiene que entregar mercadería, pero además tienen dificultades para conseguir camiones porque no quieren venir por miedo a que los saqueen. Hay ruptura de cadena de pagos en cada pueblo. El país tiene base y fundamento para salir pero necesita gobernabilidad y reformas profundas.
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La Ciudad
