El Congreso, protagonista central en el desenlace del gobierno, será hoy, a partir de las 11, el ámbito en el cual la Asamblea Legislativa aceptará la renuncia del presidente Fernando de la Rúa.
También está previsto que en la misma sesión que reúne a todos los senadores y diputados se designe al sucesor de De la Rúa, aunque anoche en el justicialismo todavía persistían algunas dudas por el escaso tiempo que tienen para definir el nombre del futuro presidente.
La persona que más se mencionaba como posible presidente interino era la del titular provisional del Senado, Ramón Puerta, quien contaría con el aval mayoritario en el PJ y el respaldo del interbloque provincial.
En la reunión entre senadores y diputados justicialistas la posición más fuerte fue la de designar a Puerta, pero con un llamado a elecciones dentro de los 90 o 120 días.
El día y la hora de la Asamblea Legislativa fueron definidos por el propio Puerta, quien desde San Luis le transmitió su decisión telefónicamente al jefe del bloque justicialista, José Luis Gioja.
En el PJ era evidente anoche el nerviosismo reinante ante la responsabilidad de definir a la máxima autoridad del país, especialmente porque mientras los gobernadores estaban en su mayoría en San Luis, los legisladores permanecían en Buenos Aires.
Además de resolver el nombre del sucesor de De la Rúa, los legisladores tendrán que analizar qué criterio jurídico se aplica para el relevo.
La encrucijada
Hay quienes están a favor de que el legislador o gobernador electo convoque rápidamente a elecciones y otros que consideran que debe completar el mandato hasta el 2003.
Gioja dijo ayer que "la Argentina no puede tener un presidente que no sea designado por el voto de la gente".
La misma posición fue abonada por el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Camaño, y por el jefe del bloque justicialista de ese cuerpo, Humberto Roggero.
Camaño dijo que "debería haber elecciones en no menos de 90 días, lapso durante el cual los partidos políticos tienen la posibilidad de regularizar sus candidatos".
Roggero avaló al decir que "tiene que haber un presidente con mandato popular".
Para que el futuro presidente sea electo debe previamente ser reformada antes la ley de acefalía, ya que tal como está ahora quien sea electo tiene la responsabilidad de completar el mandato del renunciante.
Existe un proyecto presentado por el diputado justicialista Eduardo Di Cola, en el cual se exige al hombre electo por la Asamblea que convoque a elecciones en no más de 60 días, a través de la ley de lemas.
Sin embargo, en la posición contraria se encuentran sectores variados del justicialismo, ya que allí abrevan el menemismo y Eduardo Duhalde.
El ex gobernador bonaerense calificó como "un disparate" la posibilidad de convocar ahora a elecciones y se mostró a favor de designar a "un presidente de transición" con un "mandato parlamentario".
El menemismo, a través del grupo de diputados afines, transmitió el mismo criterio, basado especialmente en el interés del ex presidente Carlos Menem de postularse en el 2003.