El frigorífico Carcarañá quebró en 1994, lo cual generó un gravísimo impacto en la economía local de su ciudad de origen, a pesar de que la planta fue adquirida posteriormente por la empresa Friar. Si bien en la actualidad esta planta está gravemente afectada por la crisis de la industria cárnica -en virtud del rebrote de fiebre aftosa y su impacto en el panorama exportador-, esta reactivación tampoco había sido suficiente para cubrir el vacío dejado por una de las empresas en torno a las cuales giraba la vida de gran parte de la población. En el caso de la planta ubicada en la ciudad de Casilda, luego de ser alquilada durante unos años por la empresa Nutryte, finalmente fue comprada firma Rafaela Alimentos. Este frigorífico se encuentra parado desde hace algunos meses, también a raíz del cierre de los mercados internacionales de carne por el rebrote de la aftosa.
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