La gran temporada de Guillermo Cañas, la confirmación de Guillermo Coria y David Nalbandian, el espectacular regreso de Juan Ignacio Chela tras su sanción por doping, el regreso de un ATP con la visita de Gustavo Kuerten y, por sobre todas las cosas, el ascenso al Grupo Mundial de la Copa Davis tras una década de ausencia fueron la mejores noticias que recibió el tenis argentino durante una temporada por demás fructífera. Lo de la Davis fue clave para coronar una temporada fantástica. Como para afirmar el progreso que esta camada de tenistas experimenta desde 1998. El capitán Franco Davin explotó al máximo la localía (se jugó en Mendoza y Córdoba), tomó con acierto algunas decisiones que parecían inviables y ahora, en el Grupo Mundial, tomará la posta el Colorado Alejandro Gattiker, que llegó a la silla con todo el apoyo. El retorno del tenis grande a la Argentina se dio con la AT&T, un torneo fantástico, una organización de lujo y con un visitante excepcional, el brasileño Gustavo Kuerten. Pero vale la pena repasar el boletín de los principales tenistas argentinos que es por demás elogiable. Estas son algunas notas... Guillermo Cañas se ganó, sin dudas, un 10. Arrancó la temporada 227 y la terminó entre los quince mejores. Ganó su primer ATP en Casablanca y llegó a otras tres finales en distintas superficies: polvo de ladrillo, césped y sintético. Progresó de una manera asombrosa en la parte mental y su juego es cada vez más sólido. David Nalbandian se ganó un 9. Para llegar al 10 sólo le faltó haber ganado la final del ATP en Palermo. El unquillense, en octubre del año pasado navegaba por el lugar 350, sin entrenador y jugando sin éxito los Future. Desde que trabaja con Gabriel Markus su ascenso no se detuvo y va por más. Un 8 tuvieron Guillermo Coria, que empezó bárbaro, ganó un ATP en Viña del Mar, se afirmó entre los 50, pero en canchas rápidas no rindió más allá de una insólita lesión. Y además, Gastón Gaudio, tan talentoso como irregular, quien ha tenido picos altísimos de rendimiento como en sus victorias ante Marat Safin y André Agassi cuando eran número dos del mundo. También se ganó un 8 Juan Ignacio Chela, que tuvo un año por demás movido. Lo tuvo contra las cuerdas al mismísimo Pete Sampras en Australia, luego hizo final en Bogotá, llegaron derrotas inesperadas y el rumor de un doping positivo se hizo realidad. Gracias a Guillermo Vilas la sacó barata (sólo 3 meses de suspensión) y volvió al circuito en el puesto 800 con Mariano Monachesi como coach. Se adjudicó seis challengers, venció a un top ten (Sebastien Grosjean) y ahora está entre los 70. Varios tienen un 7. Agustín Calleri, que anduvo de entrenador en entrenador hasta que acertó con Rubén Puerta, que le dio exclusividad, y el riocuartense, cuando se caía en el ránking, se recuperó de una manera excepcional ganando tres Ericsson, haciendo semifinal en el ATP de Brasil y recuperando en semanas el terreno perdido. Otro 7 va para Mariano Zabaleta -su temporada la salvó con su acceso a los cuartos de final del US Open y un par de resultados más, pero no fue protagonista en la Ericsson como se esperaba- y también tiene esa nota Edgardo Massa, quien ganó dos challengers, pegó el salto y apunta a meterse entre los cien mejores. Hay un par de 6. Uno es para Franco Squillari, quien no bajó tanto su nivel en polvo de ladrillo, anduvo muy bien en la Davis, pero su performance en canchas rápidas fue muy pobre. El otro es para el misionero José Acasuso, quien sorprendió con su final en la AT&T, pero desde mayo lo suyo fue pobre. Hubo algunos aplazos, es cierto, pero el más visible fue el de Mariano Puerta, quien se desbarrancó en el escalafón internacional. Primero, una lesión en la muñeca izquierda de la que se recuperó muchísimo más rápido de lo previsto, pero después jugó poco, salteado y muy mal. Hay muchísimos chicos que se vienen, que progresarán el próximo año en el circuito internacional, nombres para agendar que la pelean desde los Satélites y Futures y ya se animan en algunos challengers: Martín Vassallo, Diego Veronelli, Cristian Kordasz, Juan Pablo Brzezicki, Juan Pablo Guzmán, Sebastián Decoud, Antonio Pastorino, Agustín Tarantino, Luciano Vitullo, Carlos Berlocq, Juan Mónaco, Cristian Villagrán y Brian Dabul. Párrafo aparte para Hernán Gumy, quien este año decidió abandonar el circuito internacional, al igual que Hernán Albano. El Titán es uno de los responsables directos de esta agradable actualidad, ya que supo guiar a más de uno de sus compañeros de viaje sin egoísmos y con gran predisposición. El último ítem tiene que ver con el dobles, más allá de que varios sostengan que no hace historia. Siete títulos en el circuito mayor, diez argentinos entre los cien mejores del mundo (Lucas Arnold es el mejor, 30) y, precisamente, en la historia quedará que justamente el punto de dobles de Cañas y Lobo fue definitivo para que, en Córdoba, Argentina volviera al Grupo Mundial de la Davis, el mojón más importante de una temporada inolvidable. (DyN)
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