"Qué te pasa, te hacés el machito"... "Dejalo Guille, ya está"... La primera cita, que puede no ser textual, porque tomó a todo el mundo por sorpresa y no se escuchó muy bien, le corresponde a Guillermo Coria. La segunda a José Acasuso. En el medio del segundo set, el Mago increpó a alguien que estaba ubicado en el palco vip; con el paso de los minutos se supo que la sugerencia iba dirigida a Horacio De la Peña, uno de los entrenadores de Chucho. En realidad se entendió poco y nada, pero la cosa siguió en los vestuarios. El Pulga ingresó con Acasuso, le hizo alguna sugerencia al Mago, quien habría respondido con un golpe de puño sobre el rostro del zurdo. A pesar del hermetismo de los jugadores y los protagonistas en general de los incidentes, trascendió que Agustín Calleri quiso interceder para separar y sólo consiguió un soberbio, aunque involuntario, pisotón que le lastimó la uña de uno de los dedos de un pie. "Muchachos, lo que pasó quedó adentro", sugirió el cordobés que salió renqueando de los vestuarios. "Si me van a preguntar de otra cosa que no sea el partido, no hablo", obligó Acasuso en una conferencia de prensa desvirtuada que sólo era una fábrica de rumores sin confirmación. Oscar Coria, padre de Guillermo, habría culpado a De la Peña por la agresión, fuentes cercanas al mundillo del tenis sugirieron que la pica entre el Pulga y el Mago no es nueva. Lo cierto es que los incidentes empalidecieron la jornada de un torneo modelo que fue organizado con muchísimo esfuerzo y pensando en el bienestar de los tenistas y su preparación y no en un escenario propicio para cobrar viejas cuentas.
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