Sería una crueldad que el personaje se devore al tenista. Guillermo Coria tiene todo para ser un top ten, menos el complemento imprescindible que termina de modelar a los deportistas de elite. Es probable que a los casi 20 años sea muy difícil manejar el desborde emocional que genera semejante popularidad y demostración de cariño, pero también es cierto que el Mago muestra claros síntomas de vedettismo que no le hacen para nada bien a su extraordinario juego. Y encima se topó con la contracara; con el parco, tímido y trabajador José Acasuso que respondió a cada grito de la gente en favor de su adversario con un juego maravillosamente profundo por momentos y pleno de potencia. El resultado de la puesta en escena tuvo un marcador lógico: Chucho se impuso por 6/3 y 7/5 en una hora y 34 minutos y se instaló en una de las semifinales del Torneo Argentino Rosario 2001. Allí se las verá con otro trabajador y amante del esfuerzo, Juan Ignacio Chela, que a primera hora derrotó a Franco Squillari por 5/7, 6/4 y 6/4 en dos horas exactas de juego.
A Coria se le debe anotar en su haber la inactividad de más de cuatro meses que seguramente desvirtuaron parte de su juego a pesar de que sus pinceladas de talento estuvieron presentes en el Jockey. También el malhumor, los insultos, cierta cuota de falta de respeto y una riña reprochable por donde se la mire con Horacio De la Peña, uno de los entrenadores de Acasuso, al final del partido (ver aparte).
El misionero rompió los esquemas de un partido parejo en el séptimo game tras romper el servicio de Coria quien dilapidó un 40/0 y encima perdió el saque. Chucho volvió a quebrar en el noveno game y se llevó el parcial en 32 minutos de un juego plagado de potencia y precisión.
El talento mantuvo al rufinense en carrera en el segundo set cuando remontó un 2/4 que parecía encaminarse hacia el final, pero tiró todo por la borda en el duodécimo juego cuando quedó 0/40 y Acasuso compró la oferta en el primer match point. En una hora y dos minutos, el finalista de la edición anterior de la Copa AT&T ganó el set y se aseguró un lugar entre los cuatro mejores.
A Coria lo perjudicó el parate, es innegable; pero también una peligrosa tendencia a jugar con el público más de lo aconsejable. El personaje se le escapó de las manos y le arrancó las escasas chances que le otorgaba el juego de Acasuso.
El relojito Chela
A primera hora, Chela impuso sus mayores aptitudes para canchas rápidas y le ganó a Squillari un partido que dejó mensajes positivos para ambos lados.
El tenista de Ciudad Evita mostró que ya está de nuevo en el nivel que se le conocía y Franco insinuó un ponderable cambio táctico para jugar en canchas duras con predisposición para atacar y jugar metido adentro de la cancha.