El olor nauseabundo que salía de la precaria casilla fue la primera señal de alarma. Eloísa Lázaro, una pensionada de 72 años, había sido visto por última vez el viernes a la tarde. Ayer, una vecina se acercó a su casa y olfateó enseguida un aroma tan penetrante que casi le provocó un desmayo. Eloísa estaba muerta, tirada en su cama, con signos de haber sufrido una brutal golpiza y con el rostro tapado con una almohada. Pero la descomposición de su cuerpo era tan avanzada que los investigadores no se atrevían a explicar una causa exacta de muerte. Por ahora no se descarta ninguna hipótesis, pero la más firme estaría centrada en una cuestión pasional y el principal sospechoso es un hombre que era pareja de la víctima.
El crimen fue descubierto ayer a la mañana. Una comunicación telefónica en la seccional 18ª alertó sobre la probable presencia de una mujer muerta dentro de su casa. El lugar es una vivienda muy humilde ubicada en Atlántida 8640, en el barrio de Puente Gallego, extremo sur de la ciudad. Lo que al principio era una sospecha se convirtió en una certeza apenas los policías traspusieron la puerta de madera. El olor prácticamente los golpeó cuando incluso estaban a varios metros de la humilde morada. Eloísa Lázaro estaba acostada boca arriba en su cama con una almohada apoyada sobre su rostro.
La escena del crimen resultaba desoladora. Las condiciones de vida de Eloísa eran de extrema pobreza y además vivía sola desde hace un tiempo. "La casa presentaba un estado de desorden y abandono total", graficó un investigador. La mujer estuvo en Puente Gallego más de diez años y era una vecina reconocida por su activa participación en la Asociación Vecinal Los Angeles. Cuando la policía entró a su casa encontró la puerta principal rota y manchas de sangre diseminadas por el piso y la cama de la mujer.
Uno de los encargados de esclarecer el caso consignó que Lázaro presentaba huellas de haber sido "brutalmente golpeada", pero aclaró que la causa de muerte no se puede comprobar debido a que "es imposible por el estado de putrefacción del cuerpo". Según la fuente, los golpes fueron asestados en la cabeza de la mujer. "Ahora hay que reconstruir los últimos días de vida de la mujer en base al testimonio de vecinos y familiares para saber si alguien estuvo en su casa en los últimos días", agregó.
Los últimos pasos de la víctima
Según un examen preliminar de los médicos forenses, la muerte de la mujer dataría del viernes pasado. De acuerdo a vecinos, Eloísa habría salido ese día para cobrar su pensión de 159 pesos. Varios habitantes de la cuadra la vieron tomar un ómnibus y regresar tiempo después, ya en horas de la tarde.
El cadáver estaba tan deteriorado que fue imposible que los forenses sacaran conclusiones. Para trasladarlo a la morgue, se debió recurrir a los Bomberos Zapadores, que debieron usar máscaras de oxígeno.
Los vecinos que la conocían decían ayer que Eloísa era una mujer muy activa y fuerte, pero que sólo se la veía cuando salía para ir a cobrar sus haberes o para colaborar con la Vecinal Los Angeles. Todos coincidían que tenía hijos e incluso nietos. Algunas mujeres que se acercaron al lugar del crimen también señalaron que la mujer tuvo un marido, del cual se había separado hace algún tiempo.
Elizabeth Menna, una de las vecinas conmovidas por el asesinato, manifestó que conocía bien a la víctima. "Era una persona buenísima. Iba una vez por semana a la vecinal a colaborar en distintas tareas. Hacía desde limpieza hasta la entrega de bolsones de alimentos", recordó Elizabeth. La mujer también comentó que Eloísa era una persona con "onda positiva". "Tengo un problema de salud muy grave y ella siempre me tiraba buena onda, me brindaba ánimo y buenos consejos para salir adelante", añadió.
La causa judicial la lleva adelante la jueza Susana de Pigliacampo y las actuaciones están a cargo de la Brigada de Homicidios y la seccional 18ª.