Washington. - El comandante en jefe de las fuerzas estadounidenses en Afganistán, Tommy Franks, reconoció que en su país existe incertidumbre sobre el paradero del líder talibán Mohammed Omar y el terrorista Osama Bin Laden. "Les diré honestamente, no estoy seguro de dónde está Bin Laden en este momento", afirmó el militar en el Comando Central en Tampa, Florida.
Al ser preguntado sobre si las fuerzas estadounidenses estaban cerca del líder de la red Al Qaeda, señaló: "No estoy seguro. Creo que sí". Con respecto a Omar, Franks señaló no tener "una razón para sospechar que haya desaparecido" de Kandahar -la ciudad que cayó esta semana en manos antitalibán-, pero "no hay información que indique que aún está ahí", agregó.
En relación a las versiones respecto a que el primer ministro designado del país, Hamid Karzai, habría hecho un trato con Omar para permitirle escapar, Franks señaló que el político "comparte la meta de un mejor Afganistán" sin los talibán.
"El informe simplemente no refleja lo que yo creo es la situación en el campo" de batalla, señaló. "Desde ningún punto de vista se puede decir que el área es segura", agregó.
Con respecto a los líderes de Al Qaeda que podrían encontrarse en los complejos de túneles montañosos, Franks aseguró que las tropas antitalibán "están cuidando de hacer lo mejor en este terreno terriblemente hostil para prevenir la huida de esos líderes".
Las fuerzas estadounidenses también enfrentaron con ataques aéreos y fuego directo de artillería a fuerzas talibán "que habían abandonado Kandahar". "Hemos visto la rendición de un gran número de fuerzas talibán en Kandahar", afirmó, para agregar que en Estados Unidos no tiene "una sensación de alivio" y no declarará que la ciudad está segura por otros dos o tres días.
Banderas rivales
Banderas afganas rivales ondean sobre los techos. La ciudad fronteriza de Spin Boldak estaba en tensión ayer, después que el Talibán entregó el control a comandantes de las tribus pashtunes, con la excepción de un puesto de seguridad.
Los combatientes del Talibán, armados con lanzacohetes, estaban vigilando el puesto desde el techo. Los efectivos pashtunes, también armados con arsenal pesado y exhibiendo gorras rojas, habían tomado posiciones aledañas. Uno de los combatientes, con un kalashnikov sobre su hombro, aparentemente no tenía más de 10 años. Los efectivos de ambas partes dispersaban con bastones a los residentes que fueron a ver lo que sucedía. (DPA y Ansa)