Como buen defensor de los códigos futboleros, el volante pirata abomina de los buchones. El lavar los trapitos en casa es un ejercicio que el Gringo nunca se animaría a dejar de practicar. La esencia de tipo que se enorgullece de no haber transado con nadie es una medalla que le gusta colgarse. Por eso sus palabras no denuncian sobreactuación, a pesar de estar convencido de que fue víctima de los bisturíes de la mentira. -¿Le guardás rencor a Rebottaro? -No, ya no. No soy rencoroso aunque él no me fue de frente. -¿Qué le dirías si tuvieras la chance de tomar un café con él? -Nada, ni siquiera le pediría explicaciones por lo que me hizo. Tengo muy claro cómo se dieron las cosas, quizás en ese momento la calentura no me dejaba ver la realidad pero ahora sé muy bien lo que me hizo. -¿No hay perdón entonces? -No sé, pero el dolor ya está. -Fuiste suplente de jugadores de la talla del Chocho Llop, Bernardi, Pichi Franco y el Colorado Berti, ¿sentís que la gente de Newell's te identifica como el suplente de....? -Sin dudas, a lo largo de los 10 años que estuve en el club siempre fui el suplente de... Es más, creo que fui un buen suplente para todos los técnicos que pasaron por Newell's. -¿Cómo se debe entender esto? -Sinceramente me dio por el forro de las pelotas haber sido un buen suplente cuando hice lo que estuvo a mi alcance para ganarme un lugar en el equipo. -De todos los técnicos que tuviste en Newell's, ¿cuál te hizo sentir más útil? -Es difícil contestar eso porque nunca logré tener continuidad. Y mirá que estuve con muchos. Anotá: Jorge Solari, dos veces con el Profe Castelli, Zanabria, Donsanti, Manera, Jozic, Rebottaro, pero para todos fui el jugador de repuesto. Lo cierto es que con todos nunca llegué a sentirme titular. Ni siquiera ahora que disfruto del lugar que me gané en Belgrano me arriesgo a decir que soy titular, será que me acostumbré a desconfiar. -¿Tal vez convivís con el síndrome de los suplentes? -No, si ahora estoy jugando (risas). -¿Alguna te pusiste a pensar que el fútbol fue injusto con vos? -Sí, muchas veces. Sobre todo porque tuve la oportunidad de compartir planteles con compañeros que no vivieron para el fútbol como yo y las cosas les fueron mejor que a mí. Creo que recibí poco por lo que le di al fútbol. Amo ser jugador y si tuviera la chance de nacer de nuevo jugaría al fútbol. -Teniendo en cuenta los sinsabores que te tocó vivir a lo largo de tu carrera, ¿alguna vez te deprimiste al punto de querer dejar el fútbol? -No, jamás. Ni cuando me tocó pasar por los peores momentos se me cruzó la idea de decir basta. Siempre quise pelearla desde adentro. -¿Definite con una palabra como jugador? -Limitadísimo. -¿Y cómo persona? -Soy un buen tipo. -¿Entonces coincidís con los que dicen que sos mejor persona que jugador? -Sí, de hecho me lo dijeron en la cara. Igualmente me hubiera gustado que me dijeran que soy un buen jugador y además un buen tipo.
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