Mariano Bereznicki
Apenas quedaba un ligero resplandor en el cielo. El implacable silencio del atardecer comenzaba su reinado. Cuando bajó del auto saludó con la misma sencillez y timidez de siempre. Se lo veía un poco más maduro, quizás a la fuerza por permanecer en el exilio durante algunos meses. Pero Fabián Pérez, ese mismo que soñó desde la cuna jugar para su Rosario Central del alma, vivió una experiencia que le permitió volver a sentirse como un verdadero jugador profesional. Es que después de estar mucho tiempo en cautiverio en la entidad auriazul tuvo la posibilidad de probar suerte en el fútbol ecuatoriano, ese mismo que está tan revolucionado por estos días como consecuencia de que logró por primera en su historia el pasaporte a la Copa del Mundo. Y el volante canalla recaló en Macará, un humilde equipo de la ciudad de Ambato, cuyo técnico es otro ex auriazul, Jorge García. Después de haber culminado en el cuarto puesto pero no habiendo conseguido pasar a la liguilla final, Garequita volvió a su Rosario natal. Y mientras espera una definición acerca de cuál será su futuro, dialogó con Ovación. -¿Cómo definirías a Macará? -Es un equipo chico del interior que merced a su buena labor en el torneo local logró ganarse el respeto de los equipo grandes. -Si bien no pudieron clasificar para la liguilla final realizaron un buen papel. -Sí, tal es así que cuando terminó el campeonato para nosotros, los dirigentes nos comentaron que estaban muy orgullos porque habíamos realizado un muy buen papel en el torneo. -¿Y cuál es el balance que hacés en lo personal? -Fui creciendo con el correr de los partidos. Si bien todo fue nuevo para mí, ahora que finalizó el torneo estoy muy contento con mi rendimiento a pesar de que al principio me costó mucho adaptarme, no sólo a la altura sino también a vivir sin el afecto de mis seres queridos. -¿Qué diferencias notaste entre el fútbol ecuatoriano y el argentino? -De por sí, el nuestro es superior. Allá predomina el juego fuerte y lo físico prevalese por sobre la técnica individual. Además los árbitros no protegen tanto a los jugadores. -¿Cuál era la reacción de la gente a medida que Ecuador se acercaba al Mundial? -Una de las cosas que más sorprendió en las últimas semanas fue que la gente comenzó a ir a todas las canchas. Gracias a la excelente campaña que venía realizando la selección, empezó a vivirse un clima de nacionalismo que se trasladó a los distintos estadios. -¿Qué fue lo te llevó a jugar en Ecuador? -La posibilidad de tener ritmo de competencia a nivel profesional, cosa que en Central no pude tener. En un principio te digo que no fue fácil tomar la decisión de irme al exterior. Pero por dentro sabía que era una buena ocasión para volver a sentirme un jugador profesional de verdad. -¿Con esto estás diciendo que volviste a sentir que eras un jugador profesional? -Sí. Porque al estar en un plantel de primera uno se siente un profesional. Y yo traté de aprovechar esto al máximo para demostrarle a la gente que siempre me apoyó que podía jugar en una primera división. -¿Cómo era tu relación con tus compañeros del Macará? -Muy buena. Y esto se debió en gran parte a que el Chiquilín Jorge García armó un grupo de trabajo bárbaro. -¿Lograste alcanzar tu nivel? -Uno nunca se va a conformar con su nivel porque siempre intentará superarse. Lo único que sé, es que trabajé muy duro para ganarme un puesto dentro de los titulares durante todo el torneo. -¿Seguías a Central? -Sí, siempre. Ya sea porque llegaban imágenes del fútbol argentino o bien lo hacia a través de la familia Colombo, quienes me mantuvieron informado en todo momento. -¿Cuándo tenés que volver a Ecuador? -Si no llego a arreglar nuevamente mi reincorporación a Central tendría que estar en los primeros días de enero. -Aunque si por vos fuera preferirías quedarte y demostrar que podés jugar en la primera de Central. -Sí, pero lamentablemente no depende de mí. Así que en el transcurso de esta semana estaré hablando con los dirigentes y el cuerpo técnico para saber cuál será mi futuro. De no quedarme, volveré a Macará con las mismas ganas de seguir demostrando que puedo jugar en primera división, aunque me gustaría poder tener una chance en Central.
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