La madre de un detenido de 28 años, enfermo de sida y con un cuadro de tuberculosis gangliar, denunció el 21 de noviembre pasado que el Hospital Carrasco no recibió a su hijo, aún con una orden judicial para su internación. Como consecuencia, el hombre, de 28 años, debió deambular 24 horas por diferentes centros asistenciales de Rosario hasta que fue derivado al hospital José María Cullen de Santa Fe. Los familiares de Rogelio Oscar Altamirano contaban con una orden del juez Luis María Caterina para internar al hombre en el Hospital Carrasco, dónde se negaron a recibirlo a partir del acuerdo al que habían arribado con funcionarios provinciales tras el asesinato del policía Alexis Salguero (el 7 de julio pasado) mientras custodiaba un preso con HIV en el interior del nosocomio. Por eso, Altamirano, que había sido trasladado a Rosario desde la cárcel de Coronda, deambuló todo un día hasta que las autoridades dispusieron su internación en Santa Fe. El hombre se encuentra en un estado avanzado de la enfermedad, de la cual se infectó hace 12 años y le faltan cinco meses para gozar de libertad asistida.
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