El plantel de Colón arribó al Gigante sólo una hora antes del inicio del partido. Si bien la llegada de los muchachos de Fosatti no causó gran aglutinamiento de los hinchas canallas que merodeaban la playa de estacionamiento, los sabaleros tuvieron que apurarse para entrar al vestuario y no pudieron cumplir con los habituales ejercicios precompetitivos.
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