Año CXXXV
 Nº 49.319
Rosario,
lunes  03 de
diciembre de 2001
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Central mereció mejor suerte ante Colón

Alejandro Cachari

Es muy complicado ponderar a un equipo en la derrota. Para los tiempos que corren, defender la actuación de un equipo que se quedó sin nada parece cuanto menos un error de apreciación, pero lo cierto es que Central no mereció perder ante Colón.
Resulta muy complicado explicar un partido a partir de algo tan abstracto como un merecimiento, pero se debe cumplir con el ejercicio de no sacar de contexto a este atribulado equipo que Daniel Teglia pone en la cancha desde que Juan José López decidió que era tiempo de hartarse.
Un segundo tiempo reparador, con un Colón desconocido y abrumado por el temperamento y el esfuerzo auriazul le cambiaron las sensaciones a una película que en la primera mitad había ofrecido el guión esperado.
El equipo de Fossati es más que Central y en los 45' iniciales hizo los merecimientos para quedarse con el resultado. Pero recién lo consiguió a los 7' del complemento cuando Romagnoli le puso el moño, o más bien la cabeza, a un notable esfuerzo de Unali que le ganó el duelo a la línea de cal y cuando terminó de acomodarse puso una asistencia perfecta para la llegada por sorpresa del volante central que le cambió el palo a Tombolini. Ya a los 9' del primer tiempo Colón había usado esa receta, pero el cabezazo se había ido desviado tras un centro de Migliónico.
Aquel comienzo sabalero no fue ni más ni menos que la expresión de lo previsible. Con poca marca en el medio, Central no pudo, ni supo, contener a un equipo tácticamente muy sólido, que a su despliegue le agregaba una enorme peligrosidad en cada jugada de pelota parada.
Central recién inquietó en el descuento con un cabezazo de anticipo de Pizzi que se fue arriba. Antes pasaron cinco situaciones clarísimas para el equipo rojinegro que erigieron a Tombolini en la figura de esa etapa.
Como si todo hubiera cambiado por arte de magia, en el segundo tiempo los auriazules sometieron a Colón después del gol de Romagnoli y transformaron a Leo Díaz en el mejor jugador de la cancha.
El equipo de Teglia se acomodó mucho mejor en la cancha, se hizo más corto, tuvo buenos intérpretes en Rivarola, Delgado y Ferrari y debió empatar si los partidos se juzgaran por situaciones y no por goles.
El gran valor del rendimiento canalla en el segundo tiempo radica en varios puntos que para la realidad que viven no son poca cosa: cambió la adversidad en el desarrollo, lo que demostró una muy buena capacidad de reacción; sometió en el juego, no en la red, a uno de los equipos más sólidos del fútbol argentino y por momentos lo descompensó; mostró personalidad en un plantel que si bien no es juvenil, tiene muchos futbolistas de escasa experiencia.
Los argumentos pueden tomarse, o no, como válidos, lo cierto es que se debe tener cierta consideración para un equipo que pelea solito con su alma contra la adversidad.



El pibe Buttazzoni sufrió un esguince en su debut.
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