Los rosarinos se levantaron ayer con más dudas que certezas y el centro de la ciudad fue uno de los lugares donde la atmósfera de desconcierto se hizo sentir. En los quioscos de revistas algunos hacían cola para ver los titulares de los diarios. No faltaron los comentarios que expresaron la incertidumbre sobre el destino de la economía nacional, pero la mayoría estaba más preocupado por su economía doméstica. "Esto huele muy mal", se escuchó murmurar a un hombre, mientras que una mujer decía, en tono de respuesta: "Esto me trae muy malos recuerdos, de no hace mucho tiempo". Dolarización, devaluación y fuga de depósitos fueron términos que ayer estaban en boca de todos, aunque ninguno fuera experto. "Esto significa que ahora ni siquiera puedo disponer de mi plata", protestaba la empleada de un local céntrico. Otros miraban fijo la televisión y aseguraban que "siempre es mejor tenerla debajo del colchón".
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