A mi juicio, el puente debería llevar el nombre de Rosario Victoria, en honor a Rosario Victoria Echagüe, poetisa entrerriana (1891-1927) más conocida como "la musa de Nogoyá". Y sería un justo reconocimiento a quien, ya en los albores del siglo pasado, clarividente quizá, escribió para su libro "Duermevela" (editorial Camalotes): "Alado puente de plata/ he de trazar con mis sueños/ y por él cruzará el río/ el hombre que hoy, es mi dueño". Enamorada de un talabartero rosarino, así imaginaba solucionar, esta discípula de José Pedroni, el infortunio de la distancia. Y, precisamente, firmaba sus poemas "Rosario Victoria", a secas, renegando de su apellido paterno, dada la amarga controversia que mantenía con su progenitor, ya que éste insistía en que ella no fuese poetisa sino maestra jardinera. Rosario Victoria, entonces, para nuestro anhelado puente. Y demorada justicia para la poetisa.
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