1- Aprovechar la edición en video de "Blancanieves", la película de Walt Disney de 1937 que ganó un Oscar. El filme fue remasterizado y se puede conseguir en cualquier videoclub y también en los quioscos de revistas, donde se vende acompañado por un libro revista. La historia es la de siempre: la chica hermosa perseguida por los celos de su madrastra. 2- Esperar a que el jueves próximo se estrene "Monsters Inc.", el nuevo filme de los estudios Disney y Pixar, los responsables del éxito en animación que fue "Toy Story". La película sabe que deberá enfrentar a un competidor fuerte. Por ese motivo arrancará con una gran promoción: durante la primera semana de exhibición se la podrá ver a sólo dos pesos la entrada. 3- Volver a ver la saga de "La guerra de las galaxias" que se emite en televisión en el canal de cable Cinecanal. Los ahora capítulos cuatro, cinco y seis son acompañados por "La amenaza fantasma", el flamante número uno donde se empieza a revelar el origen de la historia. El ciclo ideado por George Lucas muestra su poderosa mitología y le hace sombra a la historia de Harry Potter. 4- Ir al cine y esquivar las colas de Harry Potter, aprovechando la probable soledad de otras películas para niños como "Miniespías" y "Rugrats en París", y verlas lejos del mundanal ruido. La primera probó su calidad al ser reestrenada después de una buena performance. Los Rugrats son una marca registrada que saltaron de la tele y ya van por su segunda película. 5- Leer el primer tomo de "El señor de los anillos", de J.R.R. Tolkien y prepararse para el estreno de la película basada en la novela. Conviene empezar con tiempo porque el mundo novelesco de Tolkien es de una gran riqueza y si bien los seres más familiares son los hobbits, hay gran cantidad de detalles y personajes que conviene tener presentes. Estrena el próximo 1º de enero. 6- Sacar entradas para "El hijo de la novia" y comprobar por qué esta vez la película argentina que busca una candidatura para el Oscar es una buena elección. Además de la labor de Ricardo Darín como el tipo al que la vida le pasa por delante y él no la ve, se puede apreciar un gran trabajo de Eduardo Blanco en un papel, entrañable, de amigo fiel.
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