La empresa estadounidense Advanced Cell Technology (ACT), de Worcester (Massachusetts), que anunció anteayer la primera clonación de un embrión humano, es conocida desde hace años por importantes publicaciones en el campo de la biotecnología y hasta ahora había difundido la mayoría de sus estudios en destacadas publicaciones científicas, como la revista norteamericana Science o la británica Nature.
Por eso, el hecho de que para anunciar anteayer la clonación de un embrión humano haya elegido la edición online del Journal of Regenerative Medicine sólo se puede justificar por la importancia del factor tiempo en adelantarse a sus competidores. Además del equipo ACT encabezado por el argentino José Cibelli, había muchos otros científicos norteamericanos empeñados en ser los primeros en clonar un embrión humano. Si Cibelli y sus colegas hubiesen optado para su informe por revistas muy establecidas como Science, ello habría tomado mucho más tiempo. Y adelantarse en hacer el anuncio, como se sabe, es un muy buen negocio. Tanto es así, que recién en el número de enero de 2002 de la revista Scientific American aparecerá una nota impresa sobre las investigaciones que llevó adelante hasta el momento la empresa norteamericana sobre la clonación de embriones humanos.
Tras dar a conocer su experimento en la revista online y en varias entrevistas de prensa en el mismo día, la empresa ACT deberá gestionar cuanto antes la patente de su procedimiento. En su página en Internet, la compañía exhibe siete patentes, casi todas en el terreno de la aplicación de la técnica de la clonación en animales domésticos.
ACT se ha concentrado hasta ahora en la clonación de vacas genéticamente modificadas cuya leche contiene plasma sanguíneo humano. El año pasado, los científicos de ACT lograron clonar un ejemplar de Gaur, un vacuno asiático en vías de extinción. En noviembre de 1998 la empresa norteamericana produjo por primera vez embriones procedentes de un óvulo de vaca y de células de la piel de un adulto humano. El objetivo del controvertido experimento era el desarrollo de órganos genéticamente compatibles a partir de material celular embrional y que tras su trasplante no provocaran reacciones inmunitarias en el paciente.
Acciones por las nubes
Las afirmaciones realizadas por ACT en cuanto a la clonación de embriones humanos ayudaron a que las acciones de las principales compañías biotecnológicas como Geron Corp y StemCells obtuvieran en Wall Street beneficios sorprendentes del 9,5 por ciento y del 15 por ciento, respectivamente.
"Estamos todavía bastante lejos de una verdadera y propia aplicación práctica, pero el rumor sobre qué se está haciendo sobre el caso es decididamente alto y eso influyó fuertemente sobre algunas cotizaciones", afirmó Mark Monane del Banco de Inversión Needham & Co. (Ansa y DPA)