Además de las inmensas celebraciones en todo el país, los uruguayos también se dieron el lujo de festejar en el propio territorio de su rival australiano. En efecto, medio millar de orientales, munidos de sus infaltables termos y mates, se acercaron en la madrugada de este lunes (local) al Club Uruguayo de Fairfield City, en los suburbios de Sydney, para observar en pantalla gigante el partido. "No es poco: tenemos dos mundiales ganados sobre las espaldas", dijo tras la clasificación Leonardo Arcosa, un ex futbolista del Liverpool uruguayo y del Wollongong City australiano, quien vivió el hecho más especialmente que ninguno. Es que mientras estaba en Sidney, su hijo, Nicolas Olivera, vio el partido desde el banco de suplentes, sentado junto a Púa.