Fernando de la Rúa sigue adelante con el operativo buena onda. Ayer reiteró que la gente debe "ponerse las pilas" y manifestar "ganas de vivir", pese a las críticas que cosechó su cruzada a favor de un cambio de estado de ánimo general. El presidente ratificó la convertibilidad al asegurar que el sistema "está fuerte y no corre ningún riesgo", insistió en que la devaluación sería "desastrosa" para el país y negó que el gobierno esté utilizando reservas del Banco Central para hacer frente a los vencimientos de la deuda externa.
Además, reafirmó que el país sí "tiene liderazgo", al salir nuevamente al cruce de las declaraciones del ex presidente Carlos Menem, quien ayer volvió a advertir que el gobierno carece de conducción.
De la Rúa sostuvo que en la Argentina hay "un liderazgo democrático, republicano" y, en alusión a Menem, criticó los "invocados liderazgos en el pasado que nos llenaron de endeudamiento, déficit y desempleo".
Luego de reiterar su convocatoria a un acuerdo de unidad nacional a los distintos sectores sociales, el presidente volvió a pedirle a la gente que no se "deje vencer por el pesimismo y ponga confianza" para salir adelante y lograr la reactivación económica.
Asimismo, aseguró que "la convertibilidad está fuerte, no corre ningún riesgo", al tiempo que rechazó las expresiones de quienes quieren la devaluación porque, dijo, "sería desastrosa" para el conjunto del país ya que traería aparejado la baja de salarios y afectaría seriamente a quienes están endeudados.
De la Rúa se expresó de ese modo al negar que el gobierno esté utilizando las reservas del Banco Central que garantizan la convertibilidad para hacer frente a los vencimientos de la deuda externa, tal como vienen asegurando algunos analistas económicos.
"De ninguna manera. Todos los recursos para la convertibilidad están asegurados, resguardados", dijo, y afirmó que "hay un dólar por cada peso en circulación".
Sobre las expresiones de algunos industriales que piden una devaluación, De la Rúa sostuvo que esta alternativa "sería desastrosa hoy porque todos los que tienen deudas las tienen en pesos y en dólares".
"Crearía una crisis muy grave y significaría una fuerte reducción salarial. Queremos defender el salario pero bajar el costo del capital, del dinero, y por eso el programa del canje de deuda incidirá en la tasa de interés", indicó.
Cuando se le preguntó si el pedido que realizó en un programa de televisión para que la gente "se ponga las pilas" apuntaba, además de a la ciudadanía, al mismo gobierno, respondió: "Seguro, esto involucra a todos".
En esa línea, De la Rúa volvió a pedir que "no nos dejemos vencer por el pesimismo y pongamos esa confianza y esas ganas de vivir que ha tenido siempre el pueblo argentino".
El jefe del Estado insistió en que para lograr la ansiada reactivación es imperativo que "la gente no se deje vencer por quienes le dicen «esto no va a salir», «el país no se va a poner de pie» y pongamos confianza, que es nuestra fuerza interior; la fuerza interior de cada argentino nos sacará adelante".
Para De la Rúa, la recesión "se agudiza más cuando más se profundiza el comportamiento individual en esa línea".
Por último, sobre la convocatoria a un acuerdo de unidad entre todos los sectores para salir de la crisis, que se iniciará el jueves próximo, De la Rúa remarcó la necesidad de "actuar todos juntos con espíritu de unidad por el país, tanto en lo interno como en el exterior", al advertir que "si se dan mensajes cruzados y no hay unidad política" el país no se beneficia.
Por último, el presidente aseguró que el plan social "sigue adelante", aunque reveló que el decreto de necesidad y urgencia que lo creó deberá ser "ratificado por ley".
El operativo buena onda del presidente de la Nación generó críticas de la oposición. El ex gobernador bonaerense Eduardo Duhalde señaló que el jefe del Estado había tenido un "lapsus" cuando le pidió al pueblo argentino que se ponga "las pilas".
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La Ciudad
