Mientras bebía ávidamente una cerveza bien fría, Eduardo Romero intentaba recuperar las energías de una jornada agotadora en la que mantuvo la calma durante todos los hoyos, a diferencia de sus rivales Angel Cabrera y Ricardo González. Esa misma tranquilidad con la que dice que "todavía puedo ganar. Si mañana (por hoy) hago menos 5 o menos 6 voy a tener posibilidades. He ganado torneos que me llevaban 7 golpes en la última vuelta". Las pocas horas que lleva desde que arribó al país desde Japón tiene sus efectos. Tras jugar la segunda ronda, el Gato confesó: "Me agarró un sueño. Es que tengo los horarios cambiados". "Hoy estoy un poco mejor y ya mañana creo que voy a estar en óptimas condiciones ya que se completan los tres o cuatro días de adaptación", agregó. Para Romero jugar acá era una obligación. "Hay que colaborar en estos torneos. Vinimos por Ricardo (González) y por el Rosario Golf Club. Para que el golf en Argentina crezca y se sigan haciendo torneos". En cuanto a la falta de precisión en los hoyos, Romero dijo que "vengo de jugar en unos greens muy buenos en Japón. Tanto a mí como a Cabrera nos cuesta adaptarnos porque veníamos con un golpe perfecto y acá hay que darle un machetazo". El Gato también analizó la ansiedad de Ricardo González por querer ganar. "Tengo la experiencia de haber jugado en mi provincia Córdoba y de haber ganado. Pero hasta que no ganás es difícil. La gente espera tu victoria, vos querés devolverle el afecto a ellos y uno comienza a cometer errores que es lo que le pasó hoy a Ricardo. Si se tranquiliza, está en condiciones de lograr la victoria".
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