Año CXXXV
 Nº 49.308
Rosario,
jueves  22 de
noviembre de 2001
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Un regreso con mucha historia
Paul McCartney y Mick Jagger editaron sus nuevos discos
El ex beatle y el líder de los Rolling Stones se inspiraron en sus recientes vivencias

Carolina Taffoni

Ni que lo hubieran planeado, como en las mejores épocas de los Beatles vs. los Rolling Stones, Mick Jagger y Paul McCartney, las mayores leyendas vivientes del rock, editaron sus nuevos álbumes al mismo tiempo. Y no se trata de dos discos de rutina. El líder de los Stones retoma su carrera solista después de ocho años, y decidió apostar fuerte para que su camino en solitario consiga de una vez por todas el reconocimiento que se merece. El ex beatle sale a luz con un puñado de canciones a estrenar por primera vez desde la muerte de Linda McCartney, su compañera por casi 30 años.
Además, los dos vienen de sufrir experiencias fuertes a nivel personal. Jagger atravesó el conflictivo divorcio de Jerry Hall, con quien convivió las dos últimas décadas. Y McCartney, dos años después de la muerte de Linda, reencontró el amor con la modelo Heather Mills. Sus nuevos discos, a su manera, reflejan estas vivencias.
La carrera solista de Mick Jagger siempre fue ignorada, tanto por los críticos como por el público. Algunos, antes de escuchar, directamente la subestimaron, considerando que era nada más que otra explosión de ego del líder de los Rolling Stones. A partir de "Goddess In The Doorway" la historia cambia o debería cambiar, aunque el disco, en su día de lanzamiento, sólo haya vendido nada más que 954 copias en Gran Bretaña.
El álbum tiene una vitalidad asombrosa, además de un equilibrio envidiable entre los sonidos del pasado y el presente. "Goddess In The Doorway" parece el disco de un pibe de 20 años con la experiencia de uno de 58. La voz de Jagger está en uno de sus mejores momentos, y eso también marca una diferencia con el resto de sus colegas. Además sus nuevas canciones ahora terminan por justificar su carrera como solista, porque se nota que muchas de ellas no encajarían en el contexto de los Rolling Stones.
"Goddess In The Doorway" resume lo mejor de sus discos solistas: la onda casi conceptual de "She's The Boss" (1985), el pop refinado y producido de "Primitive Cool" (1987) y el filo rockero, negro y pasional de "Wandering Spirit" (1993).
Una vez más, la mayoría de sus letras giran alrededor de las mujeres. "Visions of Paradise" es una canción de amor tan amarga como irónica. "Don't Call Me Up" parece ser autorreferencial, Jagger habla con aspereza de un amor terminado, que bien podría tratarse de su relación con Jerry Hall (y de paso hace referencia a "una novia en la Argentina"). "Goddess In The Doorway" apunta a la mujer imposible y demandante (tal vez también sea Jerry Hall), y "Gun" es otra canción de amor llena de resentimiento.
En "Driving Rain" Paul McCartney no tiene tiempo para los resentimientos, pero sí para el amor recién nacido y los recuerdos. Después de lanzar un disco de covers ("Run Devil Run") y de editar un libro de poemas ("Blackbird Singing"), parece que su relación con la modelo Heather Mills lo hubiese inspirado para grabar su nuevo álbum.
Los que quedaron encantados con las melodías simples y los aires bucólicos de "Flaming Pie" (1997), estarán desconcertados con este nuevo disco de McCartney. En "Flaming Pie" había una especie de presagio de la pérdida, en cambio en "Driving Rain" la pérdida está asimilada a través del dolor y su tan ansiada cura.
Las letras del álbum se confunden en dos temas: la soledad tras la partida de Linda y la llegada del amor con Heather. Así se mezclan "Lonely Road" ("No quiero caminar por ese camino solitario"), "Driving Rain" ("Viniste hasta mi puerta, como la que yo estaba esperando"), "Magic" ("Debe haber sido mágica la noche que nos encontramos"), "About You" ("me diste el poder para levantarme de la cama, cuando a la mañana me siento muerto"), "Back In The Sunshine Again" ("no más preocupaciones, no más dolor"), "Your Loving Flame" ("Me sentiría triste sólo por sentarme acá sin vos") y la explícita "Heather", que pretende ser la "Layla" de Eric Clapton sin tan buenos resultados.



McCartney, un disco tan personal como perturbador.
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