"Ahora se quedaron sin gerente". Esas fueron las palabras que el médico clínico Eduardo Fridman pronunció, revólver calibre 38 en mano, frente a un hall de la Asociación Española de Socorros Mutuos colmado de socios y empleados. A sus espaldas había quedado gravemente herido de un balazo que le atravesó la cabeza Claudio Sampol, el gerente de la institución que momentos antes le había comunicado la aplicación de una sanción por la presunta mala atención a los pacientes. Como si nada hubiese ocurrido, Fridman salió a la calle y caminó hasta un bar ubicado a media cuadra del lugar. Allí pidió una gaseosa y, mientras la consumía, fue detenido por la policía.
Sampol, un contador de 43 años, casado y con dos hijos menores, se encontraba internado anoche en estado de coma en el Sanatorio de los Arroyos, donde fue sometido a una compleja intervención quirúrgica. Los médicos que lo atendieron no se atrevían a formular un pronóstico hasta esperar su evolución de las próximas 48 horas. Según se supo ayer, el proyectil que ingresó por el ojo derecho y salió por el maxilar izquierdo de la víctima había interesado zonas vitales del cerebro y el paciente presentaba un cuadro de depresión neurológica.
De acuerdo a fuentes policiales, el irracional episodio se produjo minutos después del mediodía en el clásico edificio que la Asociación Española posee en la esquina de Santa Fe y Entre Ríos, en pleno microcentro de la ciudad. A esa hora, el local estaba atestado de socios y empleados y Fridman se encontraba atendiendo a sus pacientes como lo hacía habitualmente desde los últimos 25 años en los consultorios que la mutual posee en el mismo edificio.
Presunta inconducta
Voceros de la investigación comentaron ayer a La Capital que el drama se desencadenó cuando Sampol, quien tiene su oficina en la planta baja del inmueble, convocó al médico para informarle que había sido sancionado "por inconducta debido a las reiteradas quejas que plantearon varios socios de la institución".
Lo que sucedió luego no quedó del todo aclarado. Algunos testigos indicaban que Fridman, de 73 años, salió ofuscado de la Española y a los pocos minutos regresó armado con un revólver calibre 38 con el que fusiló a muy corta distancia al contador en represalia por el castigo impuesto. Segundos antes de que se escuchara el estampido, una empleada que tiene su escritorio a pocos metros del de Sampol alcanzó a escuchar de boca del médico: "¿Vos creés en Dios?" y seguidamente el estallido. La víctima recibió un balazo en el ojo derecho que le atravesó la cabeza y perforó el cristal de un ventanal que da sobre calle Entre Ríos.
Naturalmente el episodio dejó sin aliento al personal de la institución y a los numerosos socios que esperaban en el hall para hacer sus trámites. Casi todos los presentes vieron salir caminando al médico, bramando: "Ahora se quedaron sin gerente", mientras Sampol yacía en medio de un charco de sangre. Fridman abandonó el sitio por la puerta que da a Entre Ríos y por esa calle caminó hasta el bar La Ventola, ubicado al 627 de esa calle. Allí se sentó junto a unas de las mesas del fondo y pidió al mozo una Seven Up.
Pocos minutos después y en base a los numerosos testigos que lo vieron caminar tranquilamente hacia ese lugar, un grupo de policías lo arrestó cuando aún permanecía en el interior del bar. Lo subieron a un patrullero y lo trasladaron a la seccional 2ª. En su poder tenía el arma con la que había disparado contra Sampol.
"Sensible y humanitario"
El encargado del bar La Ventola contó que el médico es cliente habitual de su negocio. "Siempre viene a tomar café. Hoy (por ayer) no notamos nada raro. Llegó, pidió una Seven y se sentó hasta que llegó la policía", comentó el comerciante.
La conmoción que produjo el episodio no sólo se vio en el caos en que se transformó el tránsito en Santa Fe y Entre Ríos, debido al arribo de ambulancias y móviles policiales. A los pacientes y socios de la mutual que llegaron minutos después del hecho y no pudieron ingresar al local, les costaba creer lo que había sucedido.
Muchos afirmaron conocer al doctor Fridman, al que calificaron como un hombre "sensible y humanitario". Por eso no entendían que haya tenido semejante reacción contra Sampol. "Era por demás de tranquilo y pacífico", contó Gladys Santos, una de las tantas personas que se vio sorprendida por el hecho. "A veces no tenía plata para pagarle la consulta y me atendía igual. ¿Cómo puede ser que alguien tan bueno pueda tener una reacción como esa? Parece que a veces el diablo se mete adentro de la gente", pensó en voz alta la mujer.
Según trascendió, Sampol es gerente de la Asociación Española desde julio del año pasado cuando había reemplazado en ese puesto a un directivo histórico de la institución, de apellido D'Elía, quien ocupó ese puesto hasta su fallecimiento. Antes de la Asociación Española, el contador había trabajado en distintos bancos. En la mutual era considerado como un funcionario estricto, responsable y algo rígido en el trato con el personal.
Peritos de la policía habían secuestrado en el lugar una cápsula servida calibre 38. En tanto, el juez de instrucción Carlos Carbone, quien concurrió al sitio, indicó que el caso quedó caratulado hasta el momento como tentativa de homicidio y dispuso que se realizaran una serie de medidas tendientes a establecer fehacientemente cómo se produjo el hecho.