Gabriel González Florencia O'Keeffe
Afirma que la provincia vive en "economía de guerra", y apela a la comprensión de todos los santafesinos, en particular a los poderes públicos provinciales, para aceptar el ajuste que deberá poner en marcha a partir de la firma de un nuevo pacto fiscal con la Nación, que obliga a ceder recursos de coparticipación y al mismo tiempo alcanzar el déficit cero. Queda claro que no está para nada contento con el acuerdo logrado luego de más de un mes de intensas y polémicas negociaciones, pero se lo ve aliviado porque siente que cualquier otro resultado podría haber sido peor. En una entrevista con La Capital, el gobernador Carlos Reutemann sentencia que el nuevo escenario no deja demasiadas opciones: "Se toma en forma sensata, con sentido común, o se toma por el espanto, por el simple espanto de decir que no hay más, que se terminó".
Por estas horas el equipo económico de la provincia avanza en el análisis de todas las piezas que conforman el rompecabezas financiero que tiene que armar el gobierno provincial para llegar al déficit cero en 2002, con los condimentos de una coparticipación que se cobrará en un 40% en títulos públicos y sufrirá un recorte del 13% (si bien compensable con Letras del Tesoro nacional), en un escenario de interminable recesión que también provoca una abrupta caída de los recursos propios.
Reutemann no anda con vueltas. Admite que la poda de los recursos obligará a una reingeniería del Estado para recortar el gasto público en 400 millones de pesos anuales, según las previsiones más pesimistas. Pero aclara que el ajuste se efectuará cuidando de no desproteger las demandas sociales y privilegiando a los empleados públicos que menos ganan.
Esta es la charla que el mandatario mantuvo con La Capital en la sede de gobierno de Santa Fe en Rosario:
-Después de firmar el acuerdo con el gobierno nacional, ¿sintió que le metían la mano en el bolsillo o que salvó la ropa?
-El del miércoles pasado fue el tercer pacto que le firmo al gobierno del doctor De la Rúa, con el antecedente de dos pactos anteriores de los que ellos no cumplieron muchas cosas. En este tercer caso tratamos de reafirmar las cosas que prometieron y no cumplieron, para ver cómo nos pagan lo que nos deben (de coparticipación y déficit de la Caja de Jubilaciones) y cómo siguen las cosas. El primer tramo lo van a pagar antes del 10 de diciembre, una parte en bonos y la otra en dinero corriente. En estos días hablé con la gente de Repsol-YPF y me dijeron que van a aceptar canjear esos papeles alrededor del 12 ó 15 de diciembre. Y el paso siguiente será hablar con las empresas santafesinas que pagan impuestos nacionales para que hagan lo mismo.
-¿Tiene fe en que aceptarán?
-(Sonrisas) Ya estuvimos viendo el padrón de las empresas santafesinas y el listado de las ganancias. Volviendo a los puntos del acuerdo, lo otro que es importante es que para las provincias que no refinanciamos deuda como Santa Fe -o que al menos no refinanciamos un volumen importante-, nos compensan el recorte del 13% de coparticipación con Letras de Tesorería nacional.
-¿Logró salvar las cuentas con el acuerdo?
-Si se cumple sí, si se cumple...
-Usted insiste mucho con remarcar la posibilidad de que el gobierno nacional no cumpla.
-Es que ayer el propio Colombo (Chrystian, jefe de Gabiente) dijo que ahora viene lo más difícil, que es cumplir. Esta mañana empezamos a escuchar que el gobierno central viene retrasado en dar los datos del déficit de octubre con lo que están vaticinando que en el tercer trimestre no cerrarán con déficit cero. Esto va y será viable si el gobierno cumple.
-¿Tiene chances el plan de Cavallo?
-El está convencido de que la reprogramación de la deuda pública que lanzó la semana pasada permitirá ahorrar 4 mil millones de dólares, pero no descarto que corte por otro lado otros 5 mil para llegar a los 9 mil millones de dólares de reducción programados para el presupuesto del año que viene. Después del acuerdo lo vi eufórico, miren las fotos que salieron en los diarios.
-Usted también sonreía.
-Pero nuestras sonrisas eran circunstanciales, a él le salía del alma.
-Antes de firmar el acuerdo con la Nación le pegaron mucho a los gobernadores por dilatar la firma. ¿Cómo se sintió?
-Lo que acordamos finalmente fue más o menos lo que nos habíamos sentado a negociar el primer día. No hubo ninguna variación. En una de las primeras reuniones con Colombo en el CFI planteamos lo mismo que terminamos firmando el miércoles pasado, pero después apareció Cavallo y se armó el gran escándalo con el gobernador de Santa Cruz (Néstor Kirchner) y todo fue para atrás. Al final estuvimos 30 días y hubo cierta negligencia por parte de la Nación. Nos metieron muchas presiones con que esto era determinante para el riesdo país, pero después de firmar el riesgo país subió otro poco, ¿y eso cómo se entiende? Aunque es cierto que había que buscar un delicado equilibrio entre lo que uno debe afrontar en su provincia y el frente externo.
-¿Cómo se resolverá el déficit de la Caja de Jubilaciones?
-Se reconoce un tope máximo de déficit de la Caja de 120 millones de dólares y se inicia la armonización. Pero lo curioso de esto es que los gobernadores estábamos discutiendo por miles de millones del déficit y a nosotros nos quisieron complicar la vida por 20 ó 30 millones. Lo que debe quedar claro es que el déficit que debe absorber la Nación es parte de un acuerdo que firmamos con el Banco Mundial y yo no me iba a volver atrás.
-¿La provincia corre el riesgo de tener problemas para que lleguen los próximos desembolsos del crédito de 330 millones del Banco Mundial?
-El compromiso que tenemos con el Banco Mundial está enganchado a lo que la Nación haga con nosotros. Si la Nación no cumple absorbiendo el déficit previsional de la provincia, nosotros no podemos cumplirle al Banco Mundial. Este tema se lo manifesté al ministro de Economía, Domingo Cavallo, que fiel a su estilo me respondió "ya lo vamos a arreglar".
-Usted manifestó antes de firmar que no quería ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda ¿se consiguió eso?
-No, porque la Nación en el distrito autónomo de Buenos Aires a los funcionarios nacionales no les va a pagar en Lecop, les va a pagar en pesos.
-¿Y en Santa Fe?
-A la gente que gana menos en la administración pública se le intentará pagar todo en pesos, es lo justo. Yo, como gobernador, al gobernador le voy a pagar el 50% en Lecop y el resto en dinero corriente.
-¿A los ministros?
-Sí, a los ministros también.
-¿Cuándo empiezan a cobrar los santafesinos en Lecop?
-Con esto hay que ser muy cuidadoso, hay que analizar cómo y cuándo se reciben las Lecop, ver un montón de cosas. Lo importante es que tenemos que convivir con la tercera moneda. La clave es cómo se inserta este tema en la sociedad. Lo que va a suceder cuando empiece a circular, no lo sé. No sé que va a pasar cuando uno vaya con dos Lecop a comprar algo que cueste dos pesos, eso lo va a definir el mercado.
-¿Santa Fe va a tener bono propio además?
-Hay que dejar pasar un tiempo. Ahora todos los funcionarios provinciales de Economía se tienen que sentar a ver cómo es la cosa, a trabajar con esta maquinaria.
-¿Cómo se hará el ajuste en la provincia?
-Hay que mirarlo muy bien. Trataremos de defender los sectores más deprotegidos, el área social estará cubierta. Todo esto es una máquina infernal, pero estamos en una economía de guerra y como tal los mayores sacrificios los van a tener que hacer los que más pueden y no al revés.
-¿Cree que lo acompañarán los otros poderes provinciales en el ajuste?
-Esto se toma en forma sensata, con sentido común, realista, o se toma por el espanto, por el simple espanto de decir no hay más, se terminó. Yo no le daría tantas vueltas a la cosa. Pasa más o menos lo que pasó con la Nación y las provincias: hace 90 días nosotros teníamos que recibir 1.364 millones y nos mandaron lo que tenían. Chillamos, pataleamos, pero nos dijeron no hay más, y acá va a pasar lo mismo.
-¿Y si después aparecen reclamos y embargos como los de los jueces?
-Si eso aparece, se puede crear un conflicto serio de convivencia en una comunidad que la está pasando mal. Si en este momento salimos a la calle y a los codazos decimos "cueste lo que cueste me quedo con lo mío", la cosa no va. Tenemos que ser todos sensatos, tenemos que tener sentido común. Todos hemos bajado el nivel de vida y si no, pregúntenle a los privados.
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La Ciudad
