Desde Portugal, donde acompaña en su gira a Fernando de la Rúa, el vocero presidencial, Juan Pablo Baylac, defendió ayer con vehemencia la necesidad de realizar el Censo 2001, del que dijo que "no es una definición de este gobierno", sino "una política de Estado". En su encendido pronunciamiento, Baylac no olvidó polemizar desde lejos con el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Carlos Ruckauf, quien en los últimos días puso varias veces en duda que fuera pertinente realizar el operativo. Pero esa no fue la única voz de defensa que tuvo el censo. En el país el propio director del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), Héctor Montero, también se encargó de dejar en claro la importancia del relevamiento y de mostrar conformidad con su desarrollo.
Baylac mencionó a Ruckauf al ser consultado sobre si la realización del censo, ayer y hoy, luego de la oposición gremial de los docentes a participar del relevamiento, constituye un triunfo del gobierno. El funcionario sostuvo, como respuesta, que "en la Argentina estamos llenos de opinólogos".
En esa línea, le pidió a Ruckauf que "deje de opinar de todo" y se "preocupe de sus responsabilidades", porque "opinando y opinando" lo que hace es "bajarles aún más la esperanza en la salida" a los argentinos.
Baylac destacó además la necesidad de defender el censo porque se trata de una "política de Estado" y porque la información que arrojará no sólo será sustancial para la investigación, sino para formular políticas sociales y económicas. "Por eso este gobierno se aferra tanto a la necesidad de hacer el censo lo mejor posible", destacó.
Informes para Pascual
Otro que destacó la importancia del relevamiento y se mostró conforme con su desarrollo fue el titular del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), Héctor Montero. El funcionario se reunió con el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Rafael Pascual, en ejercicio interino del Poder Ejecutivo por el viaje de De la Rúa a Portugal, para comunicarle que el censo se desarrollaba "con absoluta normalidad" y que el cuerpo de censistas funcionó "de acuerdo con lo previsto".
A pesar de las advertencias de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctera) acerca de que los maestros no asistirían a censar, Montero dijo que ayer se registró un mínimo de ausentismo, que fue cubierto con empleados de la administración pública (nacional, provincial o municipales), voluntarios y miembros de las Fuerzas Armadas.
En ese sentido, el Ministerio de Defensa informó que se designaron en todo el país 1.100 efectivos militares de las tres fuerzas para realizar el relevamiento en viviendas particulares.
"La gente recibe a los censistas de muy buen manera", indicó Montero, pero admitió que otro de los inconvenientes que se registraron, a diferencia de censos realizados previamente en el país, fue la numerosa cantidad de comercios que abrieron en las principales ciudades y que podrían "complicar" el relevamiento.
Esa consecuencia no se vivió en Rosario, donde el comercio abrió, pero los clientes esperaron el censo antes de salir (ver aparte).