Año CXXXV
 Nº 49.303
Rosario,
sábado  17 de
noviembre de 2001
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Otras historias de amor, locura y muerte

El homicidio de ayer ocurrido en la vivienda de la zona sur de la ciudad registra tres antecedentes inmediatos durante este año. En todos los casos, los motivos de los crímenes fueron de índole pasional o cuestiones personales que afectaban la convivencia de la pareja.
* El 14 de febrero pasado, un suboficial de la policía provincial quedó detenido acusado de asesinar a golpes a su esposa en la localidad de Acebal. La mujer había ingresado tres días antes en grave estado a un sanatorio de Rosario y falleció a raíz de la gravedad de las lesiones que sufrió. El cabo primero Pedro Hipólito Lescano, de 35 años, se desempeñaba en la subcomisaría 3ª de Alvarez y algunas fuentes policiales indicaron que mató a su mujer, Patricia Alejandra Azcurra, de 28 años, por motivos pasionales. Lescano fue procesado por el juez de instrucción Juan José Pazos por homicidio calificado agravado por el vínculo.
* El 4 de abril, una mujer de 57 años fue hallada asesinada con media docena de puñaladas en su casa de la zona oeste de la ciudad. En un primer momento, los investigadores descartaron la hipótesis de que el crimen hubiera sido el desenlace de un robo y se inclinaban por la posibilidad de un motivo pasional. Yolanda Julia Bolzán vivía sola en su casa de Matienzo 2486 y su cuerpo fue encontrado por el hijo de la víctima. El cadáver tenía entre seis y ocho puñaladas en el cuello y en el pecho. La mujer estaba separada desde hacía quince años y atravesaba un cuadro depresivo.
* El 17 de julio, una docente fue asesinada en el barrio La Florida de seis balazos por su esposo, que después se suicidó. El trágico episodio habría sido el desenlace de la mala relación conyugal que mantenía la pareja. El hecho ocurrió en una casa ubicada en Paysandú 472. En la noche de ese día, Matías Gutiérrez, un ex empleado de Obras Sanitarias, de 62 años, decidió terminar con la vida de su mujer, Marta Ferrari, de 56. Entonces tomó un revólver calibre 38 y vació el cargador. Seis proyectiles impactaron en el cuerpo de la mujer. Después recargó el arma para suicidarse de un disparo.


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