Más de un centenar de personas acompañaron ayer a los familiares de 13 jóvenes que murieron en la comisaría 25ª de Pueblo Nuevo, en Villa Gobernador Gálvez, al cumplirse el primer aniversario del incendio que causó la tragedia. La reunión fue convocada por la Pastoral Penitenciaria y organismos de derechos humanos en la capilla Nuestra Señora de la Paz, ubicada a tres cuadras de la seccional, cuya cuadra estaba completamente cercada y custodiada por policías. Después de una misa, en la que se pidió paz y justicia, los sacerdotes encabezaron una silenciosa marcha hacia la seccional. Frente al vallado que rodeaba a la seccional 25ª, los manifestantes leyeron un comunicado en el que insistieron en pedir justicia por las distintas responsabilidades en la muerte de los detenidos y por la humanización de las condiciones de detención y el trato dentro de las cárceles. Hoy, los familiares volverán a reunirse frente a los Tribunales provinciales, en Balcarce y Pellegrini, para hacer un escrache a la Justicia, que responsabilizó de la tragedia a uno de los internos sobrevivientes. "El sistema carcelario que tenemos costó 13 vidas hace un año y desde entonces no se solucionó nada. Queremos que todo el dolor que causaron estas pérdidas produzca cambios para que no se repitan tragedias como esta", pidieron en la ceremonia religiosa los sacerdotes Fernando Lardizábal y Claudio Castriconi. "Sólo Dios sabe qué responsabilidad le cabe a cada persona, desde cómo se iniciaron los hechos, y si se pudo haber hecho algo más de lo que se hizo. Los internos sobrevivientes testigos y el personal de la comisaría tendrán sus versiones, pero sólo Dios es el único juez que escruta los corazones y las entrañas, y él sabrá dar a cada uno su recompensa", dijeron los sacerdotes en el comunicado que leyeron frente al vallado de la seccional en la que el 15 de noviembre del año pasado murieron tres detenidos. Los otros diez internos fallecieron a causa de quemaduras en todo el cuerpo y los efectos fatales de los gases emanados por la combustión de los colchones durante los tres días siguientes. Después de una cuestionada investigación judicial, la jueza Susana de Pigliacampo responsabilizó de la tragedia a uno de los internos sobrevivientes, Jorge Antonio García, a quien acusó de haber iniciado el fuego junto a otros internos fallecidos. La jueza sobreseyó a los policías que se encontraban a cargo de la seccional. También desestimó los testimonios de otros internos quienes acusaron a policías, que en algunos casos llegaron a identificar, por haber iniciado una brutal represión dentro del penal después de iniciado el fuego, cuando los internos, a gritos, pedían ayuda para evacuar la celda. La responsabilidad de los policías en la muerte de los internos fue denunciada ayer, al final del acto, por los hermanos de los detenidos. Los jóvenes recordaron a gritos que los internos fueron insultados durante el incendio y golpeados por algunos policías que les gritaban "mueran cacos" mientras el fuego ganaba la celda en la que se encontraban 34 detenidos. Entre los policías que estaban el día del incendio, los familiares resaltaron la presencia de quien era subjefe de la seccional, Hugo Alberto Correa, cuya presunta responsabilidad no fue investigada por la jueza; y la agente Ada Meneses, el oficial Sergio Blanche, el agente Raúl Moyano y Rubén Darío Martínez, quienes terminaron sobreseidos en la causa.
|  El recordatorio se realizó frente a la seccional. |  | Ampliar Foto |  |  |
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