Año CXXXV
 Nº 49.301
Rosario,
jueves  15 de
noviembre de 2001
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Procesados por secuestro dicen que son víctimas de una "fábula armada"
Sostienen que el denunciante en la causa persigue fines extorsivos e intentaba ocultar un robo de dinero

Sebastián Malvestiti y María Cecilia Mur salieron hace pocos días de prisión. El estuvo tras las rejas "dos meses y tres semanas", según recuerda. Ella quince días. Los dos están procesados, junto a dos policías, por la privación ilegítima de la libertad y golpiza en perjuicio de un muchacho de 20 años que fue empleado de la firma que gerencian. Sin embargo, tanto Sebastián como María Cecilia coinciden en afirmar que todo esto "es una gran fábula armada" por la víctima del hecho.
Javier Martín Roldán trabajó durante poco más de un mes en la empresa Lumen, dedicada a la fábrica y comercialización de refrigeradores comerciales, una firma que tiene como socios gerentes a Sebastián y María Cecilia. El pasado 3 de agosto, según la versión policial corroborada por la Justicia, Roldán fue secuestrado en cercanías de su domicilio de la zona oeste de la ciudad por dos fleteros de la empresa. Lo subieron a un auto, lo hicieron pasar por un simulacro de fusilamiento y finalmente lo trasladaron hasta el local comercial de San Juan 3778 donde fue golpeado salvajemente y atado de pies y manos. Poco después, fueron detenidos Malvestiti, Mur y los vigiladores Tomás Florencio Díaz (un comisario de la Unidad Regional II que prestaba servicios adicionales de vigilancia en el lugar) y el oficial Alejandro Jorge Moreyra. También fue apresado un empleado de Lumen, Carlos Rojas, más tarde desvinculado de la investigación.
Roldán sostuvo que fue víctima del hecho porque algunos días antes había descubierto dentro de un auto de la empresa un paquete con un kilo de droga y que ante ello fue amenazado.
Sin embargo, para el joven empresario "todo esto es una fábula que busca perjudicarnos y sacarnos dinero porque nosotros lo habíamos denunciado por habernos robado 1.200 pesos" de la sucursal de Lumen en la ciudad entrerriana de Concordia, a la cual Roldán había sido trasladado por "los problemas de convivencia que tenía con los otros empleados", sostuvo Malvestiti ante La Capital en una nota que concedió junto a Mur y su abogado, Jorge Alcaraz.

Una versión distinta
El abogado Alcaraz manifestó que hay tres puntos que aclarar: "El primero es el del empleado infiel (Roldán) que roba 1.200 pesos después de ser trasladado a Concordia, una denuncia que quedó registrada en aquella ciudad y de la cual hay numerosas pruebas de cómo lo hizo: forzando una ventana y un cajón".
El segundo punto es la circunstancia en que ocurrió el hecho del 3 de agosto, agregó Alcaraz. "Ese día a los fleteros se les descompone el vehículo y cuando acuden a su compañero Rojas para que les facilite un auto se les cruzó en el camino Roldán. Entonces le dijeron que los dueños de la empresa querían hablar con él por el tema del robo y se prestó a acompañarlos. No hubo secuestro ni mucho menos. En el viaje hacia la empresa el muchacho empezó a golpearse en el auto ante la mirada de los fleteros y cuando llegó al depósito se dio la cabeza contra heladeras y freezers que había en el lugar provocándose las heridas que después constató un médico forense".
Finalmente, el tercer ítem es "el rédito económico buscado por Roldán al decir que no había robado plata sino que sacó lo que le debían".
"Es todo muy incomprensible. Cuando se produjo el hecho en el depósito María Cecilia y Rojas estaban en una oficina desde la cual no veían nada. Yo llegué y Roldán se estaba bañando. Atrás mío llegó la policía y Roldán empezó a imputar a todo el mundo", recordó Malvestiti.
El joven empresario remarcó que "lo de la droga también es un invento. Yo no voy a tener una empresa como Lumen para ocultar el negocio de la droga, para eso me bastaría con tener un quiosquito. Además, la Brigada de Drogas Peligrosas allanó mi casa y el comercio y no encontró nada. No tengo nada que ocultar".


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