Año CXXXIV
 Nº 49.293
Rosario,
miércoles  14 de
noviembre de 2001
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Estupor por la muerte de 175 pasajeros del país caribeño
Dominicana bajo un mar de lágrimas
La mayoría de las víctimas del vuelo 587 eran inmigrantes que iban a visitar a familiares. La nación está de duelo

Santo Domingo.- Las banderas ondeaban a media asta ayer en la República Dominicana, en el inicio de tres días de duelo oficial por los 175 dominicanos muertos al caer en Nueva York el avión en que viajaban.
Los 175 dominicanos, muchos de los cuales hacían su único viaje anual al país caribeño, estaban entre las 260 personas a bordo del Airbus A-300 de American Airlines que se estrelló en el distrito neoyorquino de Queens.
El suceso estremeció al país, donde todos parecen tener un familiar o un amigo viviendo o trabajando en Estados Unidos. En el pueblo de Baní, a unos 70 kilómetros de Santo Domingo, las fiestas locales programadas para esta semana fueron sustituidas por cientos de velas encendidas en memoria de las víctimas. Se cree que unas 40 personas nativas de Baní fallecieron.
American Airlines envió un equipo especial a Santo Domingo para ayudar a familiares de las víctimas mientras que el gobierno del presidente Hipólito Mejía estableció una comisión para coordinar ayuda a los parientes y organizar la repatriación de los cuerpos.
En el pueblo de Haina, un suburbio industrial a 20 kilómetros de la capital, filas de parientes y amigos entraban y salían de los hogares de las familiares de las víctimas, sollozando y abrazándose. Unas 20 personas de Haina murieron en el desastre.
Para una familia, los preparativos para un funeral tuvieron que ser extendidos. El periódico El Listín Diario reportó que Dileni Pérez, quien organizaba el entierro de su abuela, esperaba para la ocasión a su madre Rosa Pérez y su hermana Johanny, quienes viajaban a bordo del avión que cayó en Nueva York.
Rosa Pérez, de 53 años, había trabajado durante 10 año s como empleada doméstica en Nueva York, y había ganado lo suficiente para construir su propio departamento en República Dominicana. Sus familiares la calificaron de madre e hija ejemplar, que enviaba dinero sistemáticamente para ayudar a otros parientes, y pagó a una asistente que se ocupaba de su anciana madre enferma.
"Ustedes no se imaginan qué golpe tan duro me ha dado la vida. Dios mio, me quitaste a mi madre, me quitaste a mi hermana", dijo Dileni Pérez, sollozando.
El presidente dominicano, al recibir a un grupo de empresarios israelíes, dijo: "No podemos llorar, no podemos sollozar más de lo que lo hemos hecho".
Mejía no dio indicios de cuándo llegarían los cuerpos, pero dijo que funcionarios de Nueva York habían dado grandes muestras de solidaridad, y que había recibido llamadas telefónicas del alcalde neoyorquino, Rudolph Giuliani, y de su sucesor recién electo, Michael Bloomberg.
Y al igual que muchos países caribeños, altamente dependientes del turismo, la República Dominicana ha sido muy afectada por la caída de esa industria, que reportó ingresos de hasta 3.000 millones de dólares el año pasado. El turismo, junto a las remesas desde el extranjero, son las principales fuentes de ingresos del país.
En total son 500 mil los dominicanos que viven en Nueva York. Cuarenta y un inmigrantes de esa isla caribeña habían perdido la vida en el atentado contra las Torres Gemelas. (Reuters)



Dos mujeres golpeadas por el trágico suceso.
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