Las dos hipótesis que surgen desde el ámbito policial con respecto a los motivos que originaron los disparos desde la popular de Rosario Central se debilitan, cuando otras fuentes consultadas aseguran que no existe la argumentada división entre la barra de los Pillines y que resulta inverosímil que el agresor haya intentado por venganza impactar con sus disparos a los hinchas rojinegros ubicados en la tribuna opuesta.
Con relación a la supuesta interna de los Pillines que podría haber desencadenado una agresión de esta magnitud, allegados a la entidad auriazul la desmienten de manera tajante, al tiempo que agregan que tampoco se trataría de un hipotético ajuste de cuentas entre Pillines y Chaperos, ya que los líderes del último grupo no fueron visualizados en el sector.
En este mismo sentido argumental, sostienen que si se hubiera tratado de una venganza por lo sucedido con la concubina de Oscar Paquito Ferreyra, la misma, por el modus operandi de las barras bravas, se habría plasmado de otra manera y en otro lugar para lograr el cometido.
Con respecto a esta hipótesis, que señala que la agresión iba destinada a los hinchas rojinegros, las fuentes afirman que por distancia se habría escogido el sector de plateas, "y es ridículo pensar que el objetivo haya sido la popular de Newell's cuando los disparos fueron ejecutados a una baja altura".
Estos allegados sí confirman el encuentro entre algunos referentes de los Pillines con algunos efectivos policiales durante la semana previa, como así que varios uniformados adoptaron "actitudes provocativas" hacia los hinchas auriazules antes, durante y después del partido.
Con respecto a la explicación del ataque que sufrió el agente César Juárez, las fuentes sostienen que se trató de una agresión realizada por un "demente" y que sin dudas tenía como destinatario a cualquier persona uniformada que estuviera detrás del alambrado.
Finalmente, cuestionaron el operativo de seguridad porque falló en lo esencial: la prevención.
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La Ciudad
