Gustavo Conti
Central atraviesa momentos tan caóticos que en los días previos al clásico los temas más importantes no son los futbolísticos. El miércoles, el plantel no concentró ni practicó en doble turno como estaba pactado porque no les pagaron el sueldo. Y ayer el técnico Juan José López dejó a más de un periodista atónito cuando no descartó que podría dejar la institución de Arroyito después del partido, sea cual fuere el resultado.
Los permanentes conflictos con el plantel, la acefalía oficial de dirigentes (y principalmente la de Vesco, que fue el que lo trajo), los problemas para entrenar en Granadero Baigorria y en el Gigante porque a los empleados no les pagan y, finalmente (o principalmente), el atraso en los haberes del cuerpo técnico, lo llevaron a López a pensar en dar un paso al costado después del clásico.
El detonante para que Jota Jota estudie irse de Central habría sido cuando en esta última semana se reunió con Vesco y este le comunicó que ya no tenía ninguna incidencia en el manejo de Central, y que por ende no podía atender sus reclamos, especialmente los referidos al atraso en los salarios que ya llegarían a los tres meses.
Por eso, ayer expresó su deseo de reunirse con los ex dirigentes (no aclaró cuáles) para que le definan su situación y pueda tomar una decisión, que podría alejarlo de Arroyito. Algo que finalmente ocurrió anoche en el hotel Presidente, pasadas las 22. El cuerpo técnico encabezado por Jota Jota se sentó a una mesa con los ex directivos Ricardo Ferguson, Jorge Sauan y Néstor Mascó.
Al decir de los asistentes, el tenor de la charla -en el que compartieron primero un café y luego se sentaron en la misma mesa a cenar- giró en torno al partido de mañana y en ningún momento, según los directivos, el entrenador les sugirió la posibilidad de dar un paso al costado después del clásico. Otro de los temas que estuvo en danza fue el atraso salarial que viene sufriendo el cuerpo técnico.
Hasta la confirmación del equipo pasó ayer a segundo plano. A Jota Jota se lo notó apesadumbrado luego de la práctica en Palos Verdes, y las primeras palabras referidas a la cuestión lo dejaron entrever. "A pesar de que algunos digan que estamos bien, no estamos para nada bien. Hace cuatro meses que estoy acá y tres que vengo hablando de lo mismo".
-¿Existe la posibilidad de que después del clásico no continúes como técnico de Central?
-No sé, eso depende de la dirigencia. Pero no sólo pasa por lo económico. Acá hay otras situaciones, pero ahora tenemos que pensar en el clásico que es muy importante. Y cuando digo nosotros me refiero a los jugadores y cuerpo técnico, para revertir esta racha de 21 años sin ganar en cancha de Newell's. Pero no todos estamos acá desde hace 21 años.
-De no mediar el clásico, hubieras hablado antes con los dirigentes.
-Lo que pasa es que hablo con los hechos. La situación está dada así y hay que encararla. A veces hay que tomar decisiones. No todos pueden estar de acuerdo y me puedo equivocar, pero las decisiones hay que tomarlas. La situación es caótica y hay que salir adelante, siempre pensando en la gente que te contrata y en los hinchas, que son los que mantienen viva una camiseta. Sino habría que preguntarse qué pasaría en Racing si no fuera por la gente. Yo digo que hay que ordenarse pero a veces, como acá, no podés hacerlo con la tranquilidad necesaria.
-No es la primera vez que mencionás los problemas del club, ¿hasta dónde llega la paciencia?
-Vamos a ver. La pasión que uno tiene por la profesión hace que te quedés más de lo aconsejable. Hay muchas cosas buenas en Central pero otras que quisiera desterrarlas para seguir trabajando en este gigante que está adormecido.
-Aparte de los problemas que mencionás, influyó en tu ánimo el cartel que colgaron a la entrada de Palos Verdes.
-No, no vi ningún cartel (ver recuadro).
-¿Tu continuidad depende del resultado en el clásico?
-No. Si tomo una decisión va a ser antes de saber el resultado.
-¿Podés irte antes del clásico?
-No, no.
-¿Pero puede ser tu último partido en Central?
-No creo... Mañana (por hoy) les digo qué decisión tomé.
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La Ciudad
