Atilio Pravisani
Se necesitará un milagro para que el proyecto que autoriza la instalación de casinos, bingos y máquinas tragamonedas no pierda estado parlamentario antes del 30 de este mes. Y si lo pierde, recién en mayo podrá a volver a ingresar a la Legislatura otra iniciativa. El consenso que pareció haberse alcanzado entre diputados y senadores en torno a la sanción de una ley de juegos, naufragó ayer totalmente. Pero además, según se dice, el fracaso tiene responsables identificados: Todos los cañones apuntan a los integrantes de la bancada reutemista de la Cámara alta El proyecto de ley de juego en la provincia tuvo un largo peregrinar. Hace dos años se presentaron dos iniciativas en Diputados: Una de Mario Esquivel (justicialista) y otra de Miguel Basaldella (radical). Tras varias idas y vueltas, se fusionaron ambas propuestas y elaboraron una nueva que finalmente fue aprobada en la Cámara baja. En Senadores, tuvo luz verde pero se le introdujeron modificaciones, por lo que el proyecto volvió a Diputados para su reconsideración. Luego, se formó una mesa de negociaciones con legisladores de ambas Cámaras para intentar llegar a un acuerdo y así destrabar el tema. Pero ayer las conversaciones llegaron a su fin y tal como lo adelantó La Capital el domingo pasado, la ley del casino murió antes de nacer. La ruptura de las negociaciones en la Legislatura desató ayer una catarata de acusaciones. Esquivel y Basaldella cargaron contra los senadores peronistas. El usandizaguista no vaciló en sostener que el proyecto de la ley del juego "murió" y anticipó que "dentro de poco estará instalado un casino frente a Rosario, cruzando el puente". Calificó de "irresponsables" a los senadores que "no lograron comprender el perjuicio que le causan a la provincia", y se mostró perplejo ante el fracaso de las negociaciones. Esquivel afirmó que los senadores responsables del fracaso de las conversaciones "tienen nombre y apellido", pero no los quiso mencionar. "La máquina de impedir trituró la posibilidad de inversiones concretas y de puestos de trabajo para la provincia", añadió el justicialista. Aparentemente, las conversaciones se frenaron ante la férrea postura de los senadores del PJ, contraria a la instalación de bingos y tragamonedas en los departamentos del interior de la provincia. Luego de conocerse ayer el fracaso del proyecto, todos los cañones apuntaron a los senadores Julio Gutiérrez, Omar Perotti y Daniel Depetris. A ellos se los acusa de mantener posiciones intransigentes a la hora de discutir sobre la instalación de las máquinas y los bingos. El peronista Abel Brunetti admitió que estaba de acuerdo con el consenso alcanzado, pero tuvo que reconocer que la postura del bloque frente a la radicación de salas de juegos y tragamonedas en el interior se tornó "irreductible". "Sigo manteniendo mi decisión de abstenerme de opinar en un tema que no me interesa", dijo Gutiérrez a La Capital y aclaró que su postura queda supeditada a la decisión de la mayoría del sector. Tanto Gutiérrez como Brunetti indicaron que no son pocos los justicialistas que querían el consenso. Pero las tragamonedas dividieron. Los senadores del PJ dicen que si las máquinas están al alcance de todos, se convertirán en un factor de mayor pobreza para los que menos tienen. El fracaso del proyecto alteró a más de uno. El acuerdo estaba tan avanzado que en la Cámara baja se iba a pedir ayer preferencia para tratar el tema la semana próxima y se creía que el Senado lo votaría una semana antes de concluir el período ordinario. Pero todo quedó congelado.
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