Marcelo Minichetti
El cantante y compositor Daniel Melingo y Los Ramones del Tango actuarán esta noche, a las 21, en el Centro de Expresiones Contemporáneas (CEC), Sargento Cabral y el río. El músico que integró Los Abuelos de la Nada y Los Twist ofrecerá un concierto para presentar los temas de "Ufa!", su último álbum. También repasará las canciones de su anterior CD, "Tangos bajos", y estrenará nuevos temas que grabará próximamente. El singular músico que pasó de las huestes rockeras a las filas del género ciudadano, considera que más que una novedad, su cambio de estilo es la consecuencia lógica de su formación: "En mi casa escuché tangos desde chico. Mi padrastro era el representante de Edmundo Rivero y desde pibe escuché todos sus discos", reveló en un diálogo con Escenario. -¿Cómo analiza su desembarco en el tango después de haber pasado por el rock? -¿Cómo analizo, así, como terapia? (risas)... Muchas veces me lo pregunté. Voy aprendiendo los géneros en su manera más esencial. De chico estudié en un conservatorio, siempre me gustaron la guitarra y el clarinete. Después conocí el rock, los Beatles. Vengo de una familia de músicos: mis abuelos paternos eran italianos y músicos. Yo me crié con ellos. Mis abuelos maternos eran muy tangueros, letristas de tango y además muy milongueros. -¿Hoy se considera parte de algún género? -Me considero un músico argentino. Siempre estuve cerca del tango y el folclore siempre me gustó. Además todos los géneros nuestros son muy ricos. El rock me atrajo como músico y fue una parte de mi historia y una parte del siglo XX imposible de dejar de lado. -¿Es cierta esa frase que dice que los argentinos, tarde o temprano, desembocan en el tango? -El maestro (Osvaldo) Pugliese decía que el tango te esperaba después de los 30. Y Pugliese es un maestro con todas las letras en el sentir porteño y por algo dijo lo que dijo, y además tiene un sentido seguramente basado en su experiencia propia. -¿Cómo desembocó en el tango? -Siendo porteño siempre estuve con el tango. Desde chico y en mi adolescencia estudié música y el tango estaba muy cerca mío porque mi padrastro, Juan Carlos Romano, era el manager de Edmundo Rivero. Tengo una colección de discos de vinilo y de pasta que escuchaba rigurosamente. Eso lo mamé como formación, como cultura. -¿A qué se refieren los temas que compone? -Hoy estoy trabajando con varios letristas. En los dos discos de tango que tengo, ahora voy por el tercero, mi parte como letrista es muy pequeña. Trabajo siempre con letristas, con poetas. Enrique Cadícamo es uno de mis preferidos y musicalicé cinco poemas del maestro a quien tuve la suerte de conocer. También tengo la suerte de poder continuar de alguna manera el trabajo de Cadícamo. Lo digo muy respetuosamente. También tuve la suerte de conocer a Luis Alposta, un letrista que actualmente colabora conmigo. -¿Le parece que el tango es la música de los argentinos? -Sí, en el mundo nos identifican con el tango y el folclore. Digamos que el tango es parte del folclore argentino que se cultivó en el Río de la Plata. Es un folclore urbano, por eso es que también surgió en Rosario, en Córdoba y en Montevideo. Es como la sputza del folclore en la ciudad. Hay autores en Rosario como Fito (Páez), a quien tuve la suerte de conocer y de tocar con él, cuya obra es folclore urbano. -¿Quedó sepultada la antinomia rockeros versus tangueros? -Eso fue una tontería. Entre el tango y el rock no existe ningún tipo de rivalidad. La aparición del rock, que fue un fenómeno de la posguerra mundial, creó una corriente musical que llegó hasta acá. Hoy día, en la milonga, se baila tango y rocanrol. El tango histórico se dio como algo de museo y hoy el rock también ocupa ese lugar. Siempre está la tontería de "esto es tango y esto no es tango". Pero es parte de la contextura del argentino: somos así.
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