Un intermediario que integra el grupo empresario de un ex jugador canalla (ya desaparecido) tuvo por encargo una misión muy particular. Un ex directivo de Central se comunicó con este hombre de negocios para que formule un ofrecimiento de alrededor de 400 mi dólares por el delantero Fernando Pierucci y así cobrarle a la entidad el monto de dinero que supuestamente este ex dirigente aportó a la institución. Otro ex dirigente, de menor edad y trayectoria en el club, enterado de la maniobra salió al cruce de la operación y rompió la pinza que quería abrochar el negocio, al que finalmente no le pudieron certificar la firma.
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