Año CXXXIV
 Nº 49.291
Rosario,
lunes  05 de
noviembre de 2001
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Unos seis mil pasajeros cruzaron el río desde Costa Alta y La Fluvial
La temporada en las islas se largó este fin de semana

Pablo R. Procopio

Ya llegó la temporada. Si bien falta un mes y 16 días para que comience el verano, este fin de semana se convirtió en el punto de inflexión que marcó el inicio de la época del río y las islas. Hay un dato clave: 5.000 personas cruzaron el Paraná desde las embarcaciones que parten de La Fluvial (Parque a la Bandera) y mil lo hicieron de Costa Alta (La Florida). Mientras las opciones a la vera del río crecen y los bolsillos siguen adelgazando, todo hace prever que las costas rosarina e isleña serán la elección dominante para los días de calor y muchas vacaciones.
Ayer estalló la afluencia de público. "Este sábado y domingo se vieron las ganas de la gente por empezar a cruzar", dijo el director operativo de La Fluvial, José Deambroggi.
Tres empresas en total operan los 11 barcos que zarpan hacia las islas, especialmente El Banquito San Andrés, que en los últimos años ha alcanzado una trascendencia inusitada por su cercanía con la costa del centro rosarino.
Si bien los precios se mantuvieron, el emprendimiento Oasis incrementó el traslado en 50 centavos. Las tarifas se fijan entre la empresa de transporte y el parador isleño. "Hasta ahora, la gente no se quejó", agregó Deambroggi.
No obstante, los precios no son del todo tentadores como la arena y el agua. Cruzar desde la La Fluvial cuesta 3,50 pesos por persona ida y vuelta. Y se abonan parte en ventanilla y el resto en la embarcación.
Esta situación empañó la euforia de muchos que se volcaron ayer al sol, pero tuvieron que pagar 80 centavos en las instalaciones de la estación y 2,70 pesos dentro de las maxilanchas. Es que el primer monto corresponde a la tasa de embarque y el resto al traslado propiamente dicho. Las empresas no se pusieron de acuerdo y se vieron obligadas a dividir el monto. La gente se convirtió en rehén de la disputa, y no fue fácil tener las moneditas justas para pagar.
Las lanchas fueron y vinieron incesantemente con su capacidad colmada. El catamarán puede albergar 300 personas, pero hay otras embarcaciones para 160 pasajeros y el resto alcanza un promedio que oscila entre los 70 y 100.
A la hora de diferenciar el tipo de público, prevalecieron los jóvenes, aunque "en realidad hubo de todo", confirmó el directivo.
En efecto, tres señoras se disponían ayer a cruzar vestidas de punta en blanco y más orientadas a pasear por la peatonal que a tirarse al sol. Al lado, quienes podían perfectamente ser sus nietos, sólo tenían el traje de baño.
"Está todo muy lindo", dijo Edgardo mientras se preparaba para subir al barco y dirigirse a la isla. Detrás suyo, María Elena sostuvo: "Venimos por primera vez en la temporada. Esto está espectacular".
Por lo pronto, y hasta que el típico verano rosarino se asiente por estos lares, la gente ya incorporó al río y sus islas como la salida del fin de semana.



Las lanchas fueron y vienieron repletas.
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