España: El clásico tuvo un sabor merengue

Real Madrid se mostró más acertado y consiguió vencer a Barcelona por 2 a 0, en un clásico que tuvo más pasión que oportunidades de gol y que cerró la 11ª fecha del torneo español de primera división.
El encuentro fue claramente dominado por las defensas. No hubo mucha profundidad y las presencias de los cracks de uno y otro bando, en particular del brasileño Rivaldo, no fueron desequilibrantes.
De entrada, el dominio correspondió a un Barcelona que movía la pelota con fluidez. Con el holandés Marc Overmars especialmente peligroso por el costado izquierdo y su compatriota Patrick Kluivert contribuyendo a la distribución del juego.
Sin embargo, ese control del juego apenas les permitió a los catalanes generar dos jugadas de gol. La más importante llegó en un encuentro de los dos holandeses, con Kluivert poniendo el balón en el punto de penal, aunque Overmars no alcanzó a conectar.
En uno de los desordenados ataques madrileños llegó el primer tanto. Fernando Morientes culminó una jugada colectiva: el francés Zinedine Zidane pasó a la izquierda, el inglés Steve McManaman puso el centro pasado, Raúl cabeceó hacia atrás y, tras tocar en Frank de Boer, Morientes abrió el marcador.
El gol desarticuló a los catalanes, que perdieron el control del partido, y a partir de allí los dirigidos por Vicente del Bosque comenzaron a inquietar a Roberto Bonano.
El segundo tiempo comenzó con Real Madrid controlando el partido, pero sin mayores situaciones de riesgo para la valla de Bonano.
Del Bosque hizo ingresar a Helguera por Morientes, lo que permitió que Zidane se adelantara unos metros. El francés pagó de inmediato esa confianza con una jugada espectacular, tras una pared con Raúl, que terminó con un disparo cruzado.
Pero fue Barcelona quien, aprovechando el cambio defensivo, recuperó el aire. Kluivert recobró protagonismo con un par de acciones que al fin pusieron peligro a Casillas: un remate bien respondido por el arquero y un taco tras un tiro libre de Rivaldo, dos minutos después, que se fue arriba.
La entrada de Javier Saviola, aunque no tuvo mayores consecuencias, sí consiguió que el dominio catalán fuera sostenido.
Cuando el partido se moría, el portugués Luis Figo marcó el segundo después de una excelente jugada colectiva de los merengues.