Los riesgos de adelantarse a otro vehículo en una ruta se encuentran relacionados con la dificultad para calcular con precisión los tiempos para la maniobra y la escasa visibilidad que producen las curvas, según resumió Mario Actis, ingeniero especializado en accidentología. La velocidad de acercamiento entre dos vehículos se denomina velocidad relativa. "Si ambos van en el mismo sentido, la velocidad relativa es la diferencia entre los dos, pero si van en sentido contrario es la suma de ambas", explicó Actis. El ingeniero planteó como ejemplo el caso de alguien que se desplaza a 130 km/h y se encuentra 100 metros detrás de un camión con acoplado que circula en la misma dirección a 80 km/h. La velocidad relativa es de 50 km/h, lo que es igual a 13,9 metros por segundo. Si en esas circunstancias el conductor quiere sobrepasar al camión, deberá recorrer 100 metros hasta el camión -una distancia que le permite frenar en el caso de encontrarse con un vehículo imprevisto que circule en sentido contrario-, los 18 metros de largo del camión con acoplado y otros 10 metros para reingresar al carril sin encerrar al transporte. En total serían 128 metros, que a la velocidad relativa de 13,9 m/seg requiere de 9,2 segundos para realizar la maniobra. Si en la misma situación viene circulando en sentido contrario un vehículo a 180 km/h, la velocidad relativa entre ese coche y el que pretende realizar el sobrepaso es de 130 más 180, o sea 310 km/h, o 86 metros por segundo. Como el automóvil que pasa al camión necesita 9,2 segundos para realizar su maniobra de adelantamiento, el coche que circula en sentido contrario debe encontrarse a más de 9,2 x 86, o sea, 791 metros para que el movimiento resulte seguro. Cualquier distracción podría resultar fatal si se tiene en cuenta que al mirar el espejo lateral en un lapso de 0,75 segundo, el conductor que circula a 130 km/h recorre 27,1 metros de ruta. La complicación aumenta cuando la vía tiene curvas, ya que la posibilidad de ver a un vehículo que circula en sentido contrario es menor. "El conductor puede ver que viene un vehículo en sentido contrario y esperar que pase. Pero si más adelante hay una curva es posible que no haya advertido si venía otro vehículo detrás del que vio. En ese caso, si espera a que pase el primero y luego sale de golpe para iniciar un sobrepaso, es posible que se estrelle con el auto que no había terminado de transitar la curva cuando miró", indicó Actis.
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