Año CXXXIV
 Nº 49.285
Rosario,
martes  30 de
octubre de 2001
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El tesorero Sauan se refirió a la crisis en Central y habló de su futuro en el club
Sauan: "Algunos me difaman porque digo la verdad"

Sergio Faletto

Sauan, ¿se va o no?
-Yo di mi palabra y la renuncia ya se la entregué al vicepresidente Ricardo Ferguson. La misma se hará efectiva cuando hayamos garantizado la rápida transición a los comicios.
-¿Entonces habrá elecciones?
-Por supuesto. El club ya no resiste más internas feroces como las que fomentaron desde siempre.
-¿Central tiene salida?
-No tengo dudas, pero es necesario un gobierno unido; por eso desde mi sector impulsamos las elecciones para terminar con este clima político de difamación e injuria, un estilo que pudo haber servido en una época, pero ahora es tiempo de trabajo y unidad.
-¿Usted no tiene responsabilidad en este clima que se originó?
-Sí, mi responsabilidad es haber permitido que me usaran y no haber dicho basta mucho antes. Quizás por no haber sido obsecuente fui víctima de acusaciones sin fundamento.
-¿Algunos dicen que usted es el malo de la película?
-Yo conozco a los que me tildan como el malo de la película, y le aseguro que eso me halaga, porque me difaman por decir la verdad. Pero no me cansé de trabajar para Central, me cansé de trabajar mientras esas personas me ensucian por no callarme. Pero seguiré trabajando desde el lugar que el socio elija, y aunque a ese círculo le moleste que hable, lo seguiré haciendo.
-¿Está aludiendo al escribano Vesco?
-El presidente lamentablemente se rodeó mal y fue permeable a las opiniones de muchos ineptos que en vez de ayudar al club siempre le trataron de sacar provecho.
-¿El descrédito de esta comisión no fue generado por ella misma?
-Sí, es producto de la misma interna. Es el mismo descrédito que tenía en el 97 cuando asumimos, es la misma situación que se planteaba por enero del 97 cuando los informes de los cuatro asesores, los que tengo en mi poder y puedo exhibirlos, expresaban que Central estaba para convocarse. Sin embargo superamos esa situación en nuestra gestión económica.
-El escribano Vesco se arrepiente de la alianza que hizo con ustedes, el grupo de Boerio, ¿usted está arrepentido?
-Fue el error más grande que cometí, porque en todo este tiempo perdí salud, no me pude tomar un solo día de vacaciones, le quité tiempo a mi familia.
-¿Y a pesar de todo esto quiere seguir?
-Estoy dispuesto a continuar porque Central es lo más grande que hay y porque así como lo sacamos adelante en 1997 estamos convencidos de que con unidad política vamos a llevar al club al lugar que se merece. Además yo no abandono ni me escapo.
-¿Usted vive del club?
-Mi patrimonio personal ha mermado mucho, pero este manto de sospecha que han intentado extender sobre mi honradez responde a que en un momento en el que el club no tenía crédito por incumplimientos de gestiones anteriores obtuve el apoyo económico de grupos inversores, a los que finalmente castigué porque todavía muchos no cobraron, mientras que esos difamadores dicen que estos empresarios ganaron mucha plata. Central tuvo el respaldo económico necesario y yo no tuve ningún rédito personal, y desafío públicamente a esos acusadores que actúan en la oscuridad a que demuestren lo contrario. Es fácil injuriar, pero es muy difícil construir para beneficio de Central.
-Desde la vereda de enfrente lo vinculan a un sector de la barra brava y lo acusan de autor intelectual de los panfletos contra el escribano Vesco...
-Ese fue uno de los primeros problemas que tuve con el escribano, siempre me hizo responsable de eso y de muchas cosas más. Jamás tiraría un panfleto como tampoco haría pintadas. No es mi estilo, pero quizás a Vesco le moleste que yo no coincida con él. En Central siempre hubo alguien a quien echarle la culpa, esta vez me eligieron a mí, pero se encontraron con alguien que no está dispuesto a ser el pato de la boda. Sufrí mucho esta situación, pero desde chico me enseñaron a combatir la mentira y es por eso que doy pelea. El socio siempre me reclamó la verdad, y cumplí y lo voy a seguir haciendo.
-¿No le duele que los empleados estén tantos meses sin cobrar?
-Por supuesto que me duele, y trabajaré hasta el último día para resolver este problema, porque a pesar del atraso ellos han cumplido con su labor, y gracias a eso los distintos sectores del club están en buenas condiciones porque han desarrollado la tarea de mantenimiento sin interrupción. La situación financiera es difícil, Central no escapa a la crisis que atraviesa el país, pero los empleados saben que la tesorería siempre está abocada a paliar la crisis, y si bien la deuda global con los empleados no supera los 700 mil dólares, el problema es que a la entidad no ingresa dinero, es más, muchas veces lo tuve que fabricar. Acá se hablan de millones, de robo, de directivos corruptos, pero yo invito a los socios a comprobar los flacos montos que entran a las arcas.



Sauán ve una salida política y económica para el club.
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