Año CXXXIV
 Nº 49.284
Rosario,
lunes  29 de
octubre de 2001
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Pudo ser obra de grupos extremistas estadounidenses
Antrax, viruela y la psicosis colectiva
El carbunco mató a tres personas. Washington busca crear reservas de vacunas e invertiría 1.700 millones

Leonardo Graciarena

"La viruela no se podría enviar vía sobre, carta o encomienda, como se hace con el ántrax. En general lo que se prevé es que una persona infectada con el virus de la viruela contagie por contacto interhumano. Pero para esto tiene que haber alguien que se infecte para diseminar la enfermedad". En los tiempos en que la sociedad del siglo nuevo tiene que acostumbrarse a convivir con viejas enfermedades, un infectólogo como Alejandro Lepetic -jefe de la división medicina del viajero de la Fundación Centro de Estudios Infectológicos Stamboulian de Buenos Aires-, debe aclarar cómo se puede contagiar una enfermedad erradicada de la faz de la tierra hace casi veinte años.
Hoy la viruela es sólo parte de la psicosis y el ántrax o carbunco mató en EEUU a tres personas (dos de ellos carteros). La administración Bush reportó 12 infectados y se conoce que cerca de 40 personas entraron en contacto con la bacteria, siempre vía correspondencia. Además se reportó ántrax en Kenia, que resultó ser falso, y en Argentina, finalmente el Instituto Malbrán informó que el supuesto sobre con carbunco (que en un primer análisis dio positivo en un 98%) "no tiene la toxicidad necesaria para contagiar la enfermedad".
Si bien la historia cambió a partir de los atentados del 11 de septiembre y el habitante del mundo comenzó a internalizar la idea de convivir con un ataque terrorista, desde el 5 de octubre (fecha del primer caso mortal de ántrax en el Estado de Florida) la gente también le teme al contagio de enfermedades. Pero el ántrax y la viruela no son las únicas amenazas en la guerra bacteriológica.
Según el infectólogo Lepetic se pueden utilizar "otros virus o bacterias como la peste (el Yersinia pestis), la Francisella turalensis, también se habla del botulismo, en algún momento se mencionó a la brucelosis, pero se la sacó de la lista, algunas fiebres virales hemorrágicas. Hay otras que son tan mortales, como el ébola, que seguramente no le permitirían al terrorista cometer el atentado porque se morirían antes. Es tan letal que es muy complejo su manejo".
A este panorama hay que sumarle que para la CIA y el FBI las cartas con ántrax podrían ser obra de grupos extremistas estadounidenses. Según el Intelligence Report del Southern Poverty Law Center (SPLC) en Estados Unidos operan 110 células del Ku Klux Klan (unos 5.000 hombres), 180 células neonazis -el Partido Nazi Americano, entre ellas-, 39 grupos skinheads, 88 grupos "confederados" como Hermandad Aria y 137 agrupaciones de distintos sellos racista.

Antrax y viruela
En un manual sobre defensa frente a armas biológicas de 1996, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otán) contabilizaba 39 agentes potencialmente utilizables, entre bacterias, virus y toxinas. Entre ellos estaban el ántrax y la viruela.
"El ántrax cutáneo es una enfermedad profesional del campo que existe en Argentina. Desde 1995 hasta la fecha se produjeron en el país 107 casos de la variante cutánea según la siguiente progresión: en 1995, 17 casos; en el 96, 17 casos; en el 97, 13; en el 98, 24; en el 99, 17; en 2000, 9; en 2001, 10 casos a la fecha, siempre sin muertes y los casos se detectaron en las provincias de Buenos Aires, Chaco, Córdoba, Santa Fe y La Pampa", comenta Lepetic.
Luego de que la sociedad aprendió a convivir con la idea de un ataque bacteriológico con ántrax, apareció en escena la viruela. Como enfermedad de generación espontánea, hace veinte años que la viruela está erradicada. El último caso en el mundo ocurrió en octubre de 1977 en Somalia, y en 1980 la OMS la declaró erradicada, suspendiendo la vacunación. La mortalidad por la enfermedad rondaba el 30%. En plena Guerra Fría se dispuso que sólo dos laboratorios guardaran cepas del microorganismo: una en el Instituto de Preparación de Virus de Moscú, capital de Rusia que entonces era parte de la Unión Soviética, y otra en el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Atlanta (CDC), en EEUU.
De acuerdo la OMS existen para un mundo de más de 6.000 millones de personas cerca de 60 millones de dosis contra la viruela. Washington dispone de unos 14 millones de dosis almacenadas, según han afirmado en un estudio reciente, publicado este año en Emerging Infectious Diseases, James W. LeDuc (del CDC) y Peter B. Jahrling (del Instituto de Investigación de Enfermedades Infecciosas del Ejército de EEUU).
Pero hay una buena para la población mayor de 20 años: todos recibieron en distintas dósis la vacuna antivariólica (como se la conoció en Argentina). Esto aseguraría cierta inmunidad a la enfermedad.

La otra guerra
La otra gran parte de la guerra, lejos de los bombardeos del territorio afgano o de los análisis a los potenciales infectados con ántrax, se desarrolla detrás de los escritorios de los laboratorios médicos. Para la empresa alemana Bayer, dueña de la patente hasta el 2003 del antibiótico Ciprobay -hasta ayer, el único tratamiento oral autorizado contra el carbunco por EEUU-, es una bocanada de oxígeno más que necesario. La empresa trata de levantar cabeza luego del retiro en agosto del mercado del fármaco anticolesterol Baycol/Lipobay, supuestamente vinculado a 31 muertes sólo en EEUU, y que le ocasionara más de 490 millones de dólares de pérdidas. Desde el ataque suicida del 11 de septiembre sus acciones en la bolsa mejoraron su cotización.
El miércoles, el secretario estadounidense de Salud, Tommy Thompson, informó haber alcanzado un acuerdo con la empresa alemana respecto del precio del antibiótico Cipro por 500 miligramos. En una entrevista con la cadena CNN, Thompson anunció que llegó a un preacuerdo que permitirá pagar menos de un dólar por cada pastilla de Cipro.
"Si bien los medicamentos son más baratos en Argentina, el costo del tratamiento es caro porque la profilaxis es de 60 días. La cepa que produjo los casos de ántrax en EEUU es sensible a la penicilina, entonces se podrían utilizar otras drogas que no sean ciprofloxina. Pero lo recomendado en EEUU para estos casos es la ciprofloxina", asegura el doctor Lepetic. En EEUU el tratamiento con Cipro ronda los 1.600 dólares.
Curado de espanto por los ataques del 11 de septiembre, el presidente George W. Bush siente que por este año ya fue demasiado. Por eso su equipo está trabajando para garantizar el tratamiento de 12 millones de personas durante 60 días, tiempo máximo de incubación de la enfermedad. Estados Unidos tiene 280 millones de habitantes y hoy cuenta con reservas para sólo dos millones. Ante esta realidad Washington inyectará al mercado cerca de 1.700 millones de dólares (suma similar a la aportada a la administración de Andrés Pastrana por el Plan Colombia para luchar contra el narcotráfico) para la compra de reservas. De este total un 39% se destinarán para adquirir más Ciprobay y un 33% para vacunas contra la viruela.
Con visión de futuro, el gobierno estadounidense le adjudicó hace un año al laboratorio británico Acambis un contrato para el desarrollo de una nueva vacuna contra la viruela. El contrato era para crear una reserva de 40 millones de dosis en un período de 20 años, lo que supone ingresos totales para la biotecnológica de 310 millones de dólares. El plazo inicial para comenzar a entregar las dosis era de tres años, pero ahora tendrán que entregarlas el año próximo.



Bomberos malayos en un operativo que fue negativo.
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