Una potente bomba casera explotó frente a un centro de medicina infantil en la ciudad de Zamboanga, en el sur de Filipinas, y mató a diez personas y dejó a más de veinte heridas. Aunque se ignoraba la identidad de los autores el grupo terrorista islámico Abu Sayyaf es fuerte en la zona y mantiene secuestrados a dos estadounidenses y ocho filipinos. Abu Sayyaf tendría conexiones con Al Qaeda, la organización de Bin Laden.
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