Beniamino Natale
Peshawar, Pakistán. - Dieciocho muertos y decenas de heridos causó un atentado en una iglesia en Bahawalpur, centro de Pakistán, mientras que en Quetta, oeste de ese país, una bomba estalló al paso de un autobús causando tres muertos y 18 heridos. Se estima que los atentados provienen de grupos integristas islámicos sunnitas y, al menos en el primer caso, son represalia al alineamiento con Estados Unidos del gobierno militar del país. El feroz ataque perpetrado en el templo católico de Santo Domingo, ocurrió en Bahawalpur, provincia de Punjab. Los asesinos de Bahawalpur llegaron en dos motos, mataron al policía que estaba en la puerta de ingreso y, luego, en el templo, cerraron las puertas y abrieron fuego con sus fusiles kalashnikov contra los fieles presentes en un oficio religioso. Entre la decena de heridos, cinco de ellos se encuentran en grave estado, precisaron fuentes policiales. "Había sangre por todas partes, muertos y heridos sobre el piso, todos lloraban, gritaban y trataban de huir", contó Vishal, un muchacho que vio llegar a los asesinos y cuando mataban a sus víctimas. "Habíamos pedido protección a la policía, sabíamos que íbamos a ser atacados, pero no fueron capaces de defendernos", denunció Naseem George, una religiosa que sobrevivió a la tragedia. "En Bahawalpur hay una sola iglesia -contó- y los domingos, primero se celebra la ceremonia de los protestantes de la Church of Pakistan, y, luego, la de nosotros los católicos. Era alrededor de las nueve de la mañana, nos estábamos preparando para la misa, cuando sentimos los disparos. Atacaron y huyeron en moto, lo esperábamos desde que comenzó la crisis en Afganistán", agregó la religiosa. "Los fundamentalistas en Bahawalpur son muy fuertes. Ellos nos consideran occidentales, aunque seamos paquistaníes", dijo la hermana George, en un intento de buscar una explicación a la lógica perversa de los asesinos. Entre los protestantes y católicos cerca de 7 mil frecuentan la iglesia de San Domingo de Bahawalpur, una ciudad de 5 millones de habitantes. El presidente de Pakistán, general Parvez Musharraf, prometió que "los culpables serán castigados" y aseguró que "es evidente que se trata de terroristas bien entrenados". En Quetta, oeste del país, tres muertos y más de 20 heridos se registraron por el estallido de una bomba activada cuando pasaba un autobús con islámicos de la minoría shiíta. La policía precisó que el artefacto explosivo se encontraba dentro de una radio portátil, en una zona de la ciudad donde se registran a menudo choques tribales. Dos personas murieron en el acto mientras la tercera falleció luego de ser internada en un hospital, agregó la fuente. Hasta el momento ningún grupo se adjudicó el atentado. "Es prematuro hacer hipótesis pero estamos evaluando todas las pistas, incluida la de los talibán afganos, los refugiados y los mujaiddin de la Alianza del Norte", señaló Shoaib Suddle, jefe provincial de la policía paquistaní. En Irán, país islámico shiíta, el vocero de la cancillería en Teherán, Hamid Reza Asefi, condenó la matanza en el templo y definió al ataque como "conspirativo". Según fuentes de la policía local, las modalidades del atentado son una firma del Lashkar-i-Jhangvi, cuya furia en el pasado se dirigió contra los shiítas: muchas veces sus mezquitas fueron atacadas como la iglesia de Bahawalpur y cientos de personas fueron asesinadas. Pese a que el ataque no fue reivindicado por agrupación alguna -los integristas jamás lo hacen- todos sospechan del grupo Lashkar-i-Jhangvi, cuya "especialidad" es la de eliminar musulmanes de la minoría shiíta. Los líderes del grupo, buscado por la policía paquistaní,se refugiaron en el Afganistán de los talibán. (Ansa)
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