Islamabad. - Aviones estadounidenses continuaron atacando con intensidad ayer Kabul, mientras miles de miembros de tribus paquistaníes, armados hasta los dientes, cruzaron ayer la frontera con Afganistán para ayudar a la milicia del Talibán, que se encuentra bajo ataque de EEUU. Testigos dijeron que varios autobuses, furgonetas, camionetas y otros tipos de vehículos repletos de activistas musulmanes armados con rifles Kalashinikov, lanza cohetes y armas antiaéreas cruzaron la frontera hacia la provincia de Kunar, en el este de Afganistán.
Los dirigentes dijeron que el grupo estaba encabezado por el líder de partido islámico Sufi Mohammad, quien instó a la jihad (guerra santa) contra EEUU.
Jóvenes y viejos se habían concentrado el viernes a la noche en Temergarah con fusiles de ataque, ametralladoras, y hasta lanzacohetes. Algunos incluso portaban hachas y espadas. Su misión, dijeron, era entrar en la provincia de Kunar de Afganistán y ayudar al régimen talibán a defenderse de toda incursión de tropas norteamericanas. Y la policía fronteriza paquistaní dijo que varios cientos de voluntarios ya habían entrado en la escarpada zona montañosa de Afganistán al caer la noche del sábado.
Los organizadores dijeron que en otras poblaciones de la provincia de la Frontera del Noroeste, un enclave de descendientes de pashtunes, igual que los talibán de Afganistán, se habían reunido grupos similares. El llamamiento a la guerra santa fue formulado esta semana por Sufi Mohammad, un clérigo musulmán que dirige una madrassa, escuela religiosa, en las proximidades de Madyan. Instó a los "verdaderos musulmanes" a prepararse a ir a Afganistán para hacer frente a toda incursión terrestre norteamericana.
Muchos activistas exageran el número de sus seguidores. Pero, los agrupados en Temergarah ayer por la mañana, y en los camiones y autobuses colmados hasta en los techos, sugieren un amplio apoyo. Los partidarios de Mohammad dijeron que el número de voluntarios que entrarán en Afganistán llegaría a 100.000. "No nos preocupa la muerte", dijo el jefe de brigada Khaled. "Morir en la guerra santa es mucho más grande que vivir. Y seremos llevados al paraíso".
En tanto, los aviones estadounidenses efectuaron ayer la ofensiva más intensa contra las posiciones del régimen talibán al norte de Kabul en lo que va de la campaña de bombardeos en Afganistán, informaron combatientes y habitantes locales. Entretanto, el presidente de Pakistán advirtió, durante una entrevista con los medios estadounidenses, que la guerra en Afganistán podría convertirse en un "atolladero" para EEUU y sus aliados.
Casi tres semanas de bombardeos diarios no han podido terminar con el control del Talibán sobre el país, ni han permitido que la opositora alianza del norte logre avances significativos contra el régimen fundamentalista afgano.
Poderosas explosiones
En el norte de Afganistán, los aviones norteamericanos sobrevolaron la planicie de Shomali, controlada por la oposición y lanzaron un intenso bombardeo que duró la mayor parte del día. Gul Agha, un combatiente de oposición, dijo que cayeron más de 20 bombas, y un anciano combatiente, Saeed Jan, consideró que fue el bombardeo más intenso hasta la fecha.
El fuego resplandecía en el cielo y las potentes explosiones resonaban en el área. Algunas zonas fueron bombardeadas por vez primera, dijeron los residentes. La agencia Prensa Islámica Afgana, con sede en Pakistán, citó a oficiales del Talibán, quienes dijeron que nueve personas murieron y 15 resultaron heridas en los ataques. Las fuentes no dieron mayores detalles.
El Talibán respondió disparando armas tierra-aire a los aviones estadounidenses, así como cohetes y morteros contra los combatientes de la alianza del norte. Una serie de explosiones resonó en el frente de batalla en Jom Qadam, 40 kilómetros de Kabul. Afuera de la estratégica ciudad de Mazar-e-Sharif, el Talibán aseguró que había obligado al repliegue de un grupo opositor. (AP y Reuters)