Año CXXXIV
 Nº 49.283
Rosario,
domingo  28 de
octubre de 2001
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Los papeles ya sirven para pagar impuestos o comprar una heladera
Los títulos públicos ganan terreno como una nueva fórmula de pago
El Estado y las empresas promueven el uso de bonos para pagar impuestos y comprar bienes y servicios

Pagar un alquiler, comprar una heladera o hacer frente a impuestos atrasados y además con eso contribuir a rescatar deuda pública del mercado: todo en solo paquete, a precio más barato y a mano de cualquier rosarino. La promoción no es ni más ni menos que una propuesta que motoriza el Estado nacional y que tomaron como modus operandi algunas empresas de productos y servicios, y abarca una muy variada gama de opciones para seducir a clientes con bonificaciones a cambio de asegurar el pago en una situación de mucha incertidumbre y morosidad.
La utilización de títulos públicos para el pago de impuestos, créditos y bienes de consumo en general está tomando cuerpo entre las empresas, que ven con buenos ojos la posibilidad de utilizar un instrumento que ya usa el Estado para las deudas fiscales y que les sirve para producir rebajas en los precios para sus clientes sin necesidad de perder ese descuento que realizan, sino postergarlo hasta que venza el bono.
Ese camino eligió la cadena de electrodomésticos Ventura que a través de una promoción especial le propone a sus clientes comprar sus productos con títulos de la deuda externa, mediante una operación que se realiza en el mismo local y por la cual el consumidor gana una bonificación del 25 por ciento (ver aparte).
La misma metodología utilizó en Buenos Aires Alto Palermo, del grupo Irsa, que estuvo cobrando alquileres de los locales de sus distintos shoppings con títulos. "Alguien que pagaba alquileres altos de entre 3.500 y 4.000 pesos y compró bonos, se ahorró el 30 por ciento en el pago", relató un operador del sector. En ese caso, "el pago se realizaba con los bonos Brady FRB, que vence en 2005 y en el mercado actualmente tiene tasas superiores al 20 por ciento", agregó.
"Considero que es una apuesta a que la Argentina va a salir de esa crisis", reflexionó el economista local Jorge Bertero.
A su criterio es una opción que pueden hacer aquellas empresas que tengan espalda para soportar el tiempo que demanda el vencimiento del bono, al término del cual podrán recuperar la diferencia entre el valor real de mercado al que lo tomaron y el valor nominal del 100 por ciento que tiene el título, que les permitirá licuar el descuento que en su momento realizaron a sus clientes.

La vertiente estatal
Con el ánimo de cancelar deuda pública contra el pago de impuestos, lo que por otra parte también garantiza un cupo de recaudación -y de ese modo posicionar mejor el nivel de riesgo país y la situación de la Argentina frente a sus acreedores- Cavallo lanzó hace un tiempo un nuevo régimen de cancelación de gravámenes impositivos con bonos públicos estatales.
Así, los contribuyentes que tienen deudas fiscales vencidas hasta el 30 de junio pasado, entre las que se encuadran los impuestos nacionales, aduaneros y contribuciones a la seguridad social, pueden pagarlas con bonos públicos y sin intereses ni multas.
Como esta metodología exige el pago al contado, es decir, el deudor debe ir al mercado a comprar bonos y con eso saldar las deudas con el Estado, en rigor "no es una moratoria sino un blanqueo", precisó Enrique Lingua, asesor en temas tributarios.
Explicó al respecto que para estos casos el título utilizado es el Bonte 05, ya que las Letes no están disponibles en el mercado. Con aquel bono el contribuyente que cancele antes del 31 de diciembre de 2001 deudas, por ejemplo, de marzo, abril o mayo de este año se ahorra alrededor de un 40 por ciento de lo que tendría que haber pagado.
Lo que ocurre es que "si bien existe una ventaja desde el punto de vista técnico, esto no tiene viabilidad para el que no pagó en su momento porque no tenía la plata para hacerlo, ya que ahora seguramente tampoco la tendrá para comprar un bono aunque sea más barato".
A su criterio, la modalidad es conveniente para contribuyentes que dispongan de recursos y quieran ganarse un ahorro en el camino o para quienes tengan deudas chicas. "Si un empresario debe hoy 3.000 pesos de impuestos atrasados, se estaría ahorrando casi 1.200 pesos pagando con títulos", dijo.
Comentó que existen operaciones hechas, pero que son las menos, ya que mucha gente prefiere esperar más cerca de la fecha en que expira el plazo de compra (31 de diciembre) debido a la incertidumbre que vive el país y por temor a que cambien las reglas de juego, o en todo caso, que aparezcan mejores beneficios para pagar sus deudas, como puede ser una moratoria.
También se pueden usar los títulos de la deuda argentina para hacer frente al pago de impuestos futuros. En ese caso, sí es una alternativa de la que pueden echar mano las empresas en funcionamiento y con cierta viabilidad que hacen una especie de inversión a futuro a cambio de un descuento.
La metodología establece que los bonos sirven para aplicarse al pago de impuestos que venzan después de la fecha de vencimiento del título. Para esto son muy utilizados los Bonte 02 ó 03 ambos vencen el 9 de mayo de 2002 y 2003 respectivamente.
"Si una empresa en marcha, que paga por ejemplo 100 mil pesos de IVA mensual en forma casi regular, compra hoy Bonte 02 para pagar este gravamen en el mes de julio de 2002 gana más de un 30 por ciento", explicó Lingua. En cambio, "si coloca ese dinero en un plazo fijo obtiene una rentabilidad aproximada del 15 por ciento", agregó. Con lo cual "el título resulta un negocio financiero con una ventaja impositiva".
Esto es así porque la rentabilidad de los plazos fijos están sujetos al pago de ganancias, mientras que la renta del bono está exenta de impuestos.
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Autos e hipotecas
En el paquete de medidas que hasta el cierre de esta edición tenía en manos el ministro Domingo Cavallo también se barajaban otras posibilidades, como pagar créditos hipotecarios con títulos de la deuda pública. Esto le permitiría a la gente comprar bonos de la deuda entre un 20 y 30 por ciento menos de su valor nominal pero utilizarlos para pagar su deuda a la totalidad del valor del título.
La iniciativa fue resistida por las entidades bancarias, especialmente las nucleadas en la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA) y para seducirlos el propio Cavallo amagó con una nueva rebaja de los encajes a modo de compensación.
Otra de las ideas del gobierno también pasó por posibilidad de extender la opción del pago de bonos al sector automotor, como una suerte de Plan Canje 2, mediante las cuales las terminales automotrices podrían colocar los títulos que reciben como parte de pago de sus propios impuestos.
En medio de un país que tiene cortado el crédito, que no sabe cómo hará para cumplir con la promesa de déficit cero y donde la recesión parece no llegar a su fin, las propuestas se parecen más a una necesidad de supervivencia del ministro Cavallo -que intenta de cualquier modo recuperar deuda y así bajar el riesgo país y recuperar la confianza de los acreedores- que a una cruzada patriótica.
S.C.


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