Ochenta y cuatro años después que Francia sentenció a muerte a la legendaria artista del striptease Mata Hari, por cargos de espionaje, un grupo de abogados prometió que limpiará su nombre.
Los profesionales que representan a Leeuwarden, lugar holandés de nacimiento de Mata Hari, y la Fundación Mata Hari, dijeron que la femme fatale, acusada de vender secretos a Alemania durante la Primera Guerra Mundial, no era una espía sino víctima de una conspiración del gobierno.
Los letrados quieren que el Ministerio de Justicia francés autorice un nuevo juicio con la esperanza de anular el veredicto de culpabilidad que la envió en 1917 al pelotón de fusilamiento. "Mata Hari se encontraba en el lugar y en el momento equivocado y el Estado francés la obligó a asumir los pecados de una era", indicó Thibault de Montbrial, el abogado principal a cargo del caso.
Mata Hari, cuyo verdadero nombre era Margaretha Zelle MacLeod, era una oportunista que se dio la gran vida y recibió dinero de Alemania y Francia durante la guerra, admitió, sin embargo advirtió que nunca proporcionó información confidencial a cambio.
"El ejército francés estaba decidido a matarla, en parte, para demostrar la eficiencia de su sistema antiespionaje y en parte porque la gente estaba cansada de ver a parisinas dándose la gran vida mientras los hombres morían en el campo de batalla", dijo De Montbrial.
Sexo, intriga y traición
Algunos dicen que Mata Hari ocupa el segundo lugar en la mitología del espionaje, después del héroe de la ficción James Bond. Su nombre se convirtió en sinónimo de sexo, intriga y traición.
Las autoridades francesas la acusaron de revelar secretos, entre ellos información sobre un nuevo tanque francés, a un funcionario de la embajada alemana en Madrid. También la acusaron de recibir dinero del consulado alemán en los Países Bajos.
Mata Hari, cuyo nombre significa "ojo de la mañana" en malayo, supuestamente se acostó con unos 20 oficiales alemanes y era famosa por su exótico baile oriental.
El escritor alemán Leon Schirmann pasó alrededor de 10 años investigando los archivos en Francia, Gran Bretaña y Alemania, a fin de tratar de probar su inocencia y redactó un libro sobre sus hallazgos.
De Montbrial dijo que la investigación reveló no solamente que las pruebas contra Mata Hari no eran suficientes, sino que los documentos oficiales también demostraban que el espionaje francés había inventado pruebas para implicarla. "Ella fue la víctima de una campaña de información falsa que proporcionó el servicio secreto francés y fue aprobada en todos los niveles -agregó-. La verdad se ocultó de forma deliberada".
Los abogados no pueden presentar una apelación de forma automática para limpiar su nombre porque, según la ley francesa, este derecho queda reservado a los familiares. Pero se desconoce si existen parientes vivos de la bailarina.
La apelación ante el Ministerio de Justicia fue el primer paso de un largo proceso legal para tratar de limpiar su nombre. Solamente la ministra de Justicia, Marylise Lebranchu, tiene autoridad para autorizar un nuevo juicio, y De Montbrial dijo que esto podría llevar meses.
El espionaje británico dio a conocer en 1999 informes que mostraban que no pudieron encontrar pruebas de que Mata Hari había trabajado como agente secreta. (Reuters)